Alejandro Buzó, especialista en el área de Gestión de Riesgo, indicó que la crecida actual desnuda absoluta falta de planificación a la hora de asistir a las familias que son evacuadas de los puntos ribereños.
Sostuvo que “lo que se hace es responder ante lo que ya ocurrió. La gente ya fue afectada. Hay 100% de pérdidas en producción agrícola, 70% en producción ganadera. La gente es desplazada de zonas que quedaron bajo agua, comunidades anegadas por la falta de camino. Eso demuestra que no es el agua lo que produce la emergencia, sino la falta de estructura”, apuntó.
Dijo que esto no se soluciona llevando chapas y víveres, que tienen un costo millonario y se presta a malos manejos y corrupción. Indicó que se debe pensar en caminos de todo tiempo, reaseguro a productores, reordenamiento territorial para evitar ocupación de zonas inundables, dotar de baños suficientes, agua potable y energía a los albergues, entre otros. “Las recomendaciones humanitarias hablan de dos baños por cada 20 personas, pero hoy ves 400 familias con solo dos baños. Una barbaridad”, puntualizó.
En Asunción, el río descendió ayer cinco centímetros, quedando en cinco metros (alerta amarilla), con 950 familias evacuadas que están instaladas en los refugios.