“El convenio establece la necesidad de una prestación de servicio y es obligación del que va a prestar el servicio encontrar las personas con la capacidad y tiempo para hacer eso, y adecuarse también a lo que la institución contratante puede pagar. Si hay algo que escasea últimamente es la cantidad de ingenieros disponibles, entonces se contrata al que está disponible”, aseveró.
En ese sentido, Vallejos afirmó que los montos pagados a los contratados en estos convenios son menores a los estándares del sector privado. Sostuvo que si las instituciones realizaban licitaciones los trabajos iban a costar más caro.
“Generalmente se concordaba (desde el Decanato) los nombres con las instituciones contratantes. Se hacía un listado de personas de reconocida capacidad, a los profesionales se les decía qué se podía pagar, hay que tener en cuenta que los pagos no eran muy sistemáticos, había que esperar que la institución pague para que ellos cobren (...) No hay mucha gente que quiera hacer ese tipo de trabajo”, manifestó.
“Algunos dicen que es una competencia desleal; competencia desleal sería si la Facultad sale a buscar trabajo, ofrece sus servicios. No, la Facultad cuando puede ayudar en un trabajo específico por algún motivo que proviene de la institución que le contrata, la Facultad presta”, añadió al tiempo de señalar que durante su gestión la Fiuna nunca ofreció sus servicios, sino que las instituciones consultaban si la Facultad podía ayudarles.
Negó que los contratos para estos convenios hayan sido utilizados como prebendas, a pesar de que varios de los contratados fueron allegados cercanos al mismo Vallejos o consejeros de la Facultad.
“Concurso no hubo en ningún caso, porque tenemos un conocimiento integral de la capacidad de la mayoría de la gente en este país (...) Lo que te puedo asegurar es que en ningún convenio hay nada que esté penado por ley, todo fue hecho dentro del marco legal y dentro de las atribuciones del decano y pensar que por un trabajo así uno pueda comprarle a un profesor ingeniero de 20, 30 años de vida profesional sería menoscabar al profesional”, aseguró Vallejos, quien asumió como decano en 2011 y renunció en 2015.