Por Robert Figueredo | Coronel Oviedo
Ante la desidia de las autoridades los propietarios de estos ejemplares aprovechan el espacio público para pastar y criar sus animales, sin importar el alto riesgo que significa para conductores y pasajeros toparse en zonas peligrosas con sorpresas desagradables que pueden significar la vida misma en casos de accidentes.
La irresponsabilidad tiene dos caras. Por un lado la falta de interés de las autoridades encargadas del control para poner freno a esta situación que data décadas en rutas del país. Por otro, la inconsciencia de los propietarios que largan sus animales en las rutas, con el agravante de que estos ejemplares no cuentan con la marca requerida para identificar a los dueños en caso de necesidad.
El tramo Coronel Oviedo-Villarrica de la ruta 8 cuenta con zonas bien identificadas donde se ha vuelto una costumbre encontrar animales sueltos. Tuyupucú, Sarocaró, Aguapety, rio Tebycuarymi y desvío Yataity son lugares donde los conocedores del trayecto toman las debidas precauciones, mientras que los otros conductores que por primera vez utilizan esta vía se exponen al máximo riesgo de protagonizar algún tipo de percance.
Transportistas y conductores coincidieron en señalar que esperan un accionar eficaz por parte de la Patrulla Caminera para cortar definitivamente la costumbre de transitar en medio de ganados vacunos por las rutas nacionales, especialmente la número 8 Blas Garay, entre las capitales departamentales de Caaguazú y Guairá.