En un país donde la carne a la parrilla es el menú más habitual y que está considerado el más laico de América Latina, la compra de pescado fresco, mariscos y otros productos del mar para cocinar sus comidas se ha tornado tradición en esta jornada.
Al lugar acudió también gente para disfrutar del soleado día que reinó hoy sobre la capital uruguaya al ritmo de un espectáculo musical de tambores y bailes, así como para comer en los restaurantes de la zona.
Entre los presentes se encontraba una compradora que explicó a Efe que lo que la motivaba a acercarse a una de las pescaderías del puerto este día festivo era tanto la religión como la costumbre, ya que es cristiana y lo siente “en el alma”.
Sobre su elección del lugar para hacer las compras en un Viernes Santo dijo que le gusta el puerto de Buceo porque la comida parece más fresca o “recién hecha”, además de que la atmósfera que hay allí es agradable.
“Esto es un parque lleno de gente, que uno se divierte, que uno mira, que uno se distrae. Es un día distinto”, expresó.
A su vez, la compradora aseguró que no solo acata el mandato cristiano de no comer carnes rojas el Viernes Santo, con motivo de la crucifixión y muerte de Cristo, sino que también se inclina a consumir pescado en el almuerzo y la cena de los jueves de Semana Santa.
Distinto es el caso de otro visitante, quien se dirigió al puerto de Buceo para pasear con su hijo y decidió comprar allí no por motivos religiosos sino por mera costumbre o tradición familiar, independientemente del origen cristiano de no consumo de carne en ese día.
Por su parte, Juan, dueño del negocio “El Italiano Marisquería y Rotisería”, dijo que para el negocio ya es una tradición la venta masiva de platos del mar en Viernes Santo, que es el día en que más se vende.
“Hacemos mucha empanada, mucha paella, mucha fritura también, y miniaturas, rabas, todo pescado, solamente pescado”, señaló el comerciante, quien agregó que tanto la empanada gallega como la paella, comidas españolas, son muy “populares” entre los uruguayos.
Además, el comerciante destacó que en esta ocasión el clima “acompañó”, lo que se tradujo en un mayor público.
Sobre la motivación de los visitantes y compradores que asisten este día en particular más que cualquier otro, Juan indicó que es más que nada por costumbre.
“La gente sale a pasear, entonces ya esto es como una tradición, siempre la gente lo toma como un paseo”, destacó.