La falta aparente de opciones reales de triunfo para Lacalle, que cuenta con entre 13 y 17 puntos menos que Vázquez en los sondeos, y cuyas opciones para captar más votos son muy limitadas, marcó la segunda fase de la campaña electoral tras la primera vuelta realizada el día 26 de octubre, y apenas se notó que el país sigue inmerso en un proceso electoral.
La situación contrasta notablemente con la vivida antes de esa fecha, cuando el bombardeo publicitario era constante, las actividades públicas proselitistas muchas y muy diversas y con los ciudadanos muy implicados enarbolando banderas por las calles y ventanas infatigablemente. En aquella ocasión, la incertidumbre despertada por las encuestas, que daban un bajo resultado al FA y abrían la posibilidad de que Lacalle, del Partido Nacional, pudiera obtener la presidencia, alimentaron una activa campaña que los resultados finales terminaron por liquidar.
Vázquez logró entonces y contra todo pronóstico el 47,8% de los sufragios, los suficientes para garantizar una nueva mayoría en la Cámara de Diputados para el FA y quedar a las puertas de obtener la presidencia en primera vuelta, para lo que hubiera necesitado el 50% de los votos.
Por su parte, Lacalle fue el segundo candidato más votado con el 30,9% de los sufragios, menos de lo esperado, mientras que el líder del Partido Colorado, Pedro Bordaberry, alcanzó el 12,9% de los votos. EFE