De acuerdo con las encuestas y sondeos que han venido publicándose en las últimas semanas, Tabaré Vázquez, candidato del oficialista Frente Amplio, se alzará mañana con la Presidencia de la República Oriental del Uruguay. Durante su anterior mandato, las relaciones bilaterales entre su país y el nuestro marcharon por una senda de próspera normalidad, por lo que es de suponer que ese rumbo se mantendrá a partir del próximo 1 de marzo, cuando asumirá el mando del Gobierno oriental.
Son muchos los puntos en los que esa vinculación puede y debe ser fortalecida. La propuesta del actual presidente, José Mujica, de establecer un puerto de aguas profundas en el departamento de Rocha –limítrofe con el Brasil– constituye una iniciativa que debe contar con el entusiasta respaldo paraguayo, fundamentalmente porque supone la diversificación de su salida a los puertos de ultramar y, por ende, una menor dependencia de las rutas de comercio exterior que tienen puntos de acceso o de partida en el territorio argentino.
Pero también es mucho el provecho que podría obtenerse de un trabajo compartido con el Uruguay en lo que respecta al rediseño del debilitado proceso de integración regional.
Sabido es que durante su primer mandato (2005-2010), Vázquez fue un decidido promotor de la superación de los rígidos esquemas del Mercosur que actualmente impiden a sus países miembros suscribir acuerdos bilaterales de libre comercio. En más de una ocasión, Tabaré había advertido a sus socios que tenía la voluntad de celebrar un tratado en esta materia con los Estados Unidos de América.
Incluso durante la última campaña presidencial brasileña, la candidata del Partido Socialista de ese país, Marina Silva, había prometido que, en caso de acceder a la Primera Magistratura, promovería la revocación de la Decisión Nº 32/00, que limita completamente la posibilidad de los miembros del bloque de acceder por su cuenta a nuevos mercados.
En este sentido, el Paraguay debería sellar una alianza estratégica con el Uruguay, bajo la presidencia de Tabaré Vázquez, para lograr que el Mercosur se abra más efectivamente al mundo y deje de promover un esquema proteccionista, selectivo y limitante como el que exhibe en la actualidad.
Por lo demás, un trabajo orientado en esta dirección podría contar también el año próximo con la adhesión de un nuevo presidente en la República Argentina, país que registrará elecciones generales en octubre de 2015. Desafortunadamente, el Mercosur lleva ya demasiado tiempo replegado sobre sí mismo. Vázquez y el presidente Horacio Cartes pueden dar el puntapié inicial para lograr la necesaria e impostergable puesta al día que el proceso integrador requiere para estar a la altura de las exigencias de desarrollo económico y social que sus pueblos tan insistente como justamente les requieren.