Por Elías Cabral - Canindeyú
Nicanor Ramón García, encargado de salud de dicha unidad, puso de manifiesto la preocupación que representa trabajar bajo una infraestructura que a simple vista pareciera que está en condiciones, sin embargo, la realidad es totalmente distinta, según indicó.
“Nuestra mayor necesidad es la reparación del local ya que cuando llueve gotea por todas partes y tenemos documentos importantes que debemos proteger. A veces tenemos pacientes de urgencia y no sabemos en qué lugar ubicarlos ante esta situación”, indicó.
El médico señaló que los pisos están rotos y que las goteras abundan en el techo. Esto último hace que en los días de lluvia el puesto de salud se llene de agua, poniendo en riesgo los instrumentales e importantes documentos guardados.
Falta de médicos
La Unidad de Salud Familiar de la colonia Ko’e Porã abarca a unas 3.500 personas, entre ellas 16 colonias indígenas y casi la totalidad de los pacientes son insolventes. Hasta el momento, no hay un solo médico, tampoco con una licenciada en enfermería, denunció.
Según el encargado de la unidad, solo se cuenta con los servicios de un auxiliar en enfermería y tres agentes comunitarios. Nicanor García lamenta que varios licenciados y licenciadas recibidas que viven en la misma comunidad no sean contratados para brindar sus servicios en la unidad.
En momento en que reciben pacientes de urgencia, dijo que con la ayuda de la comunidad colaboran para el combustible de la patrullera de la Policía Nacional a fin de derivarlos hasta Curuguaty, a unos 70 kilómetros por un camino en pésimas condiciones, a falta de una ambulancia.