Ayer, representantes de la organización Alter Vida y de la Dirección General de Salud Ambiental (Digesa) se reunieron con el concejal Carlos Galarza, titular de la Comisión de Medio Ambiente y Recursos Naturales, de la Junta Municipal, y urgieron la materialización de una norma tendiente a revertir esa situación.
La doctora Laura Flores, de Digesa, resaltó que hay desconocimiento sobre los efectos nocivos que puede causar una incorrecta manipulación de estos artefactos, que pueden tener entre 5 y 25 miligramos de mercurio, por lo que deberían tratarse como residuos peligrosos.
Pidió socializar información con gremios como la Cámara de Supermercados (Capasu) e importadores, a modo de sugerir incorporar una leyenda de advertencia y recomendaciones en los productos.