En ese sentido, los organizadores hicieron hincapié en la necesidad de contar con una legislación que contemple varios aspectos, como las especificaciones de los productos para la exportación y los permisos a los médicos para recetar las plantas medicinales en los tratamientos.
Ernestina Camps, presidenta de la Cámara Paraguaya de Plantas Medicinales (CPPM), dijo que tanto a nivel nacional como internacional, los productos paraguayos están pasando por un buen momento. Ante este escenario, “se ha elaborado un plan, con la Itaipú Binacional, sobre las políticas de las plantas medicinales del Paraguay que queremos que se apruebe”, comentó.
Además de abordar el tema de las especificaciones de los productos para la exportación y el uso de las plantas medicinales en la práctica médica, también esta propuesta busca formalizar al sector, dijo Camps.
Millones. Según la empresaria, el rubro de las plantas medicinales da trabajo a miles de pequeños productores, como así también a medianos y a grandes exportadores.
Justamente por el tema de la falta de formalización del sector, no se pueden especificar los ingresos que la actividad genera dentro del país.
Divisas. Cuando se trata de exportaciones, se cuenta con los datos oficiales.
En el último año, se exportaron 1.613 toneladas de productos, que generaron divisas por valor de USD 2.719.172, detalló Camps.
“Estamos trabajando con la Facultad de Ciencias Químicas, porque ellos pueden dar los detalles de cómo es cada planta. Queremos que las plantas medicinales tengan un código aduanero diferente, empezando por la stevia. Esta planta está reconocida en el Mercosur, pero no a nivel mundial”, comentó la presidenta de la CPPM.
Luego de la stevia, las plantas medicinales que más se exportan, en diferentes presentaciones, son el cedrón Paraguay, la hoja de amba’y, la cáscara de naranja, el burrito, y la esencia de menta. Esta última es “una de las mejores del mundo”, dijo Camps.
El producto paraguayo es apreciado especialmente en Estados Unidos, resaltó.
Yerba mate. Otro aspecto resaltante de la actividad es el trabajo dinámico que se realiza conjuntamente con la industria yerbatera, dijo.
“A nivel nacional, el mercado es fabuloso. Los pequeños productores trabajan con las yerbateras. Hay una variedad enorme de las yerbas compuestas, con diferentes plantas. Cada día sale una diferente”, explicó.
Las yerbateras, además del consumo local que siempre está en auge, también están exportando, dijo Camps. “Reúne todas las exigencias de calidad para ingresar a varios mercados de América, Europa y Asia”, manifestó.
“El mercado está próspero, necesitamos apoyo en la formalización y en la legislación”, reiteró. El simposio se desarrollará hasta hoy.