La responsabilidad del Estado en la provisión de la información que requiere la ciudadanía para tomar buenas decisiones económicas es una de las tareas que tiene para solucionar una de las fallas de mercado más importantes, que es la asimetría de la información.
La apertura de carreras y la asignación de cupos de ingreso, específicamente en el caso de la Universidad Nacional, es uno de los mecanismos para informar a la juventud acerca de cuáles son las demandas ocupacionales insatisfechas tanto en el mercado como en el Estado.
Se supone que si la Universidad Nacional abre carreras y cupos es porque existe una alta probabilidad de conseguir trabajo en el futuro. Justamente el rol de esta institución es estar a la cabeza de la información y de la formación sobre los oficios y profesiones que tienen presente y futuro.
La falta de ingenieros es una muestra de la ausencia de una adecuada planificación, mientras que ya se observan problemas por el exceso de profesionales de otras carreras.
Es obligación de las instituciones formativas que reciben fondos públicos alinearse a las necesidades del desarrollo. Al formar jóvenes que luego no encontrarán trabajo o si los encuentran serán subempleados o recibirán exiguas remuneraciones, está no solo afectando negativamente a estas personas y sus familias que decidieron destinar parte de sus recursos a la formación de uno de sus miembros, sino también a las posibilidades del crecimiento económico y del desarrollo. Por otro lado, deben cerrar las brechas cuando la demanda está insatisfecha, que es el caso de los ingenieros.
Las universidades no pueden mantenerse al margen de los cambios que ocurren en el exterior y al interior de nuestro país.
La globalización genera nuevos desafíos y Paraguay desde hace años tiene una de las economías más abiertas de la región. Pero también el Paraguay cambia. El aumento de la cobertura educativa en la última década y el bono demográfico presionan a la oferta educativa superior que no ha mostrado el mismo dinamismo. La universidad se quedó atrás hace mucho tiempo y hoy se notan claramente las consecuencias.
Si bien la Universidad Nacional tiene una responsabilidad mayor porque recibe fondos públicos, las universidades privadas tienen subsidios impositivos que exigen su retribución al país bajo la forma de profesionales bien formados, con pensamiento crítico y una ética incuestionable. Esa es su principal contribución al desarrollo del país y deben cumplirla a cabalidad.
El trabajo es la principal fuente de ingresos de las familias paraguayas y es la esencia de cualquier cambio en la estructura económica.