23 abr. 2024

Urge erradicar prácticas de nepotismo en el Congreso

El caso del senador Jorge Oviedo Matto, del Unace, actual vicepresidente primero de la Cámara de Senadores, quien tiene a 31 familiares que perciben cerca de 200 millones de guaraníes del erario público, 24 de ellos en el Senado y 7 en otras instituciones, es una flagrante violación de la Ley 5295/14, que prohíbe a las autoridades nombrar o contratar a parientes en cargos públicos. La Secretaría de la Función Pública debe intervenir y tomar medidas en este caso, pero también la Fiscalía y la propia Justicia. De lo contrario, seguir insistiendo desde el Estado en que se combate la corrupción y se favorece la transparencia solo queda como un bonito discurso, sin correlación en la realidad.

A medida que se acerca la época de las próximas elecciones generales, desde el actual Gobierno y desde varios organismos del Estado se reiteran los mensajes de favorecer la transparencia y de combatir los hechos de corrupción.

Sin embargo, con mucha frecuencia, desde los medios de comunicación y desde sectores de la propia ciudadanía se siguen denunciando casos de irregularidades y delitos cometidos desde la función pública, que sin embargo no son intervenidos ni investigados, y mucho menos sancionados.

Uno de estos casos es el que ha sido denunciado por este diario en su edición del último domingo, en el que se revela una lista de 31 parientes del senador del Unace, Jorge Oviedo Matto, que han sido colocados en 31 cargos públicos, 24 de ellos en el propio Senado y 7 en otras instituciones, costándole al Estado cerca de 200 millones de guaraníes en forma mensual.

De este modo, el senador Oviedo Matto, quien fue presidente del Congreso en los periodos 2011 al 2012 y desde el 2012 al 2013, y actualmente es vicepresidente del Senado por el acuerdo político entre el oficialismo colorado y sus aliados luguistas y llanistas, está violando en forma flagrante lo que dispone la Ley N° 5295/14, que prohíbe el nepotismo en la función pública.

En su artículo 2° dicha ley enumera una larga lista de autoridades y funcionarios, incluyendo a los senadores y diputados, estableciendo que “quedan impedidos, dentro del ámbito de su competencia, a nombrar o contratar en cargos o empleos públicos a cónyuges, concubinos y parientes, comprendidos hasta el cuarto grado de consanguinidad”.

También sostiene que “el que realizare un nombramiento o una contratación de servicios, en contravención a lo dispuesto en la presente ley, será sancionado con una medida de inhabilitación en el ejercicio de la función pública de hasta cinco años y la nulidad del acto jurídico”.

El beneficiado será castigado con la misma pena que el autor y ambos serán responsables “de la devolución de los salarios cobrados indebidamente”. Es decir, no solo deben ser sancionados con la inhabilitación, sino los nombramientos deben ser anulados y el dinero cobrado debe ser devuelto íntegramente.

La Secretaría de la Función Pública debe intervenir y tomar medidas en este caso, cuanto antes, pero también deben hacerlo la Fiscalía y la propia Justicia. De lo contrario, seguir insistiendo desde el Estado en que se combate la corrupción y se favorece la transparencia, solo queda como un bonito discurso, sin correlación alguna con lo que ocurre en la realidad.

Más contenido de esta sección
El hecho de que la mayoría oficialista del senado haya retrocedido en la barbaridad cometida cuando devolvió fueros a senadores previamente desaforados que están siendo investigados por la Fiscalía, puede verse como que enmendaron un error. Sin embargo, una acción que significó el atropello a la Constitución Nacional no debe quedar impune. Los 23 senadores que votaron por devolverle los fueros a Erico Galeano, Hernán Rivas y Rafael Filizzola, deben ser investigados, pues en un estado de derecho nadie está por encima de la ley.
Hace unos días, fue intervenida una estancia en Fuerte Olimpo, Alto Paraguay, y en el lugar fueron detenidas diez personas de cuyo poder incautaron fusiles AR47 y una avioneta Cessna, además descubrieron una pista clandestina que habría pertenecido a la estructura liderada por el supuesto narcotraficante uruguayo Sebastián Marset y al presunto líder de tráfico de drogas, Miguel Ángel Insfrán, alias Tío Rico. Resulta insostenible la falta de control del espacio aéreo nacional, ante la impasividad o complicidad de las autoridades.
Aproximadamente, unos 1.300.000 niños y adolescentes paraguayos retornaron a clases en los establecimientos educativos públicos hace unos días, y el escenario que hallaron muchos de ellos ha sido el de una infraestructura deficiente y precariedades. A pesar de que la Constitución Nacional consagra el derecho a la educación, frente a la realidad a la que asistimos, parecen apenas palabras vacías de significado debido a la ceguera de nuestros líderes políticos para anteponer los intereses de la mayoría y apostar por el presente y el futuro del país.
El acceso de los niños a alimentos adecuados y saludables es esencial para garantizar su bienestar físico, intelectual y social. Los programas de alimentación escolar han formado parte de la política educativa desde hace más de un siglo y permanecen en la actualidad, independientemente del nivel de desarrollo de los países y de los ingresos de los hogares. Pero en todos los países el programa se ha planteado de manera integral y tiene alto consenso social. Paraguay no puede ser una excepción. Los cambios planteados solo generaron conflictividad, a la vez de que no garantizarán mejoras sustanciales.
Los agricultores familiares producen la mayor parte de los alimentos frescos y sanos, diversificados y culturalmente apropiados. Generan oportunidades de empleo agrícola y no agrícola, y ayudan a las economías rurales a crecer. La agricultura familiar preserva y restaura la biodiversidad y los ecosistemas, y utiliza métodos de producción que pueden ayudar a reducir o evitar los riesgos del cambio climático. La agricultura familiar es fundamental para mantener la capacidad adquisitiva de los ingresos de todas las familias y para reducir la pobreza en el sector rural. Dejarla en el abandono es poner un obstáculo al crecimiento sostenible, al bienestar de los hogares y al desarrollo del país.
La violencia contra las mujeres es una preocupante realidad en el Paraguay. En este Día de la Mujer Paraguaya debemos recordar los datos de las instituciones que señalan que, pese a las leyes, los casos de violencia en el hogar y los casos de feminicidio no disminuyen. Estamos lejos de ser una sociedad que respeta y valora las capacidades de las mujeres; prueba de ello es el aumento en el último año de la violencia política. Este es un indicador del largo camino que nos falta andar para ser una sociedad verdaderamente democrática.