El documento, elaborado en el marco de la Estrategia Nacional para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil (ENPETI) 2012-2021, concluyó que el 26,1 % de la población peruana entre 5 y 17 años realizó algún tipo de actividad económica en el 2015.
Más de 1,2 millones de menores peruanos realizaron trabajos peligrosos y, entre ellos, 71.800 niños y adolescentes hicieron trabajos forzosos y 400.000 desarrollaron tareas domésticas de carácter peligroso.
El trabajo infantil afectó al 12,1 % de los niños peruanos de entre 5 y 9 años, al 29,3 % de los niños de entre 10 y 13 años y al 40,5 % de los adolescentes entre 14 y 17 años.
Los menores peruanos del área rural que trabajaron en 2015 alcanzaron el 52,3 %, eminentemente en actividades agrícolas, ventas al por menor y ayudante de cocina, entre otras labores, mientras que el trabajo infantil en el área urbana se situó en el 16,2 %.
El promedio de horas de trabajo infantil a la semana se situó en 14 horas y 19 minutos, lo que contribuyó a un incremento del fracaso escolar, ya que el 29,1 % de los menores que trabajaron en 2015 tuvo que repetir el año escolar, once puntos porcentuales más que los niños y adolescentes que no trabajaron (17,9 %).
El principal motivo que lleva a los niños y adolescentes peruanos a realizar actividades económicas es la necesidad de complementar el ingreso familiar, lo que ocurre en un 27 % de los casos, seguido de un 19,8 % que lo hace para adquirir habilidades y destrezas, y un 18,3 % por ayudar en el negocio familiar.
El jefe del INEI, Aníbal Sánchez, explicó que en Perú se considera trabajo infantil a cualquier actividad económica que realizan los menores de entre 5 y 17 años durante al menos una hora a la semana o que tienen empleo fijo y negocio propio.