De los contribuyentes convocados, más de 170.000 son trabajadores privados o “cuentapropistas”, cifra que representa un 33,7 % del total de los autónomos cubanos, explicó la jefa de la Oficina Nacional de Administración Tributaria (ONAT), Yamilé Pérez, citada por la estatal Agencia Cubana de Noticias.
Artistas, creadores y personal de apoyo del sector de la cultura, comunicadores sociales y diseñadores de la Asociación Cubana de Comunicadores Sociales, trabajadores de empresas extranjeras radicadas en la isla también han sido convocados a pagar impuestos, agregó Pérez.
La Campaña 2017 incluirá además el pago de impuestos sobre transporte terrestre, propiedad o posesión de embarcaciones, utilidades y los ingresos no tributarios.
Para facilitar el proceso, los contribuyentes recibirán el documento fiscal vía correo postal, la más utilizada; aunque también podrán solicitarlo en las oficinas de la ONAT o descargarlo de la web oficial de la institución.
Los pagos podrán hacerse en bancos y cajeros automáticos por todo el país.
Como novedad, la nota señala que se podrá enviar un mensaje de texto a un número móvil para recibir información sobre los plazos y servicios de la ONAT.
Pérez indicó que continúa vigente la rebaja del 5 % para quienes liquiden sus impuestos antes del 28 de febrero, una “oportunidad que todavía muchos desaprovechan”, aseguró.
La jefa de la ONAT informó que a pesar de haber recaudado “considerablemente” más que en la campaña anterior, el nivel de subdeclaración también aumentó de un 47 a un 55 % del total de los contribuyentes.
El “cuentapropismo”, como se conoce en la isla al trabajo autónomo, es uno de los protagonistas de las reformas económicas impulsadas en los últimos años por el presidente Raúl Castro para estimular la economía y reducir el elevado número de empleados estatales.
La nueva Ley Tributaria se aprobó en Cuba en enero de 2013 para acompañar las reformas económicas impulsadas por el presidente Raúl Castro, después de que la Revolución eliminara prácticamente la política de impuestos en un país sin cultura fiscal.
Los nuevos deberes fiscales han traído la polémica en la isla, por ser considerados excesivamente altos para las bajas rentas que perciben los cubanos.
