La cantidad de actos de destrucción de cocaína y marihuana decomisadas en el país andino subió de 443 en 2015 a 524 en 2016, señaló el representante de la UNODC en Bolivia, el italiano Antonino de Leo, en la presentación de los resultados de las actividades de validación de la incineración de drogas durante el año pasado.
Indicó que la participación de su oficina en los actos de destrucción de drogas pasó de 104 en 2015 a 134 el año pasado.
La UNODC estuvo presente en promedio en dos actos de destrucción de drogas por semana que fueron seleccionados por el organismo “de forma autónoma y aleatoria cuando las cantidades incautadas a incinerar” tuvieron un peso mayor o igual a 15 kilogramos, añadió.
Durante ese año, La Fuerza Especial de Lucha contra el Narcotráfico (Felcn y la Fiscalía antidroga incautaron 12,2 toneladas de cocaína base, 17,8 toneladas de clorhidrato de cocaína y 15,2 toneladas de marihuana.
De Leo destacó que la UNODC participó en el 95 % de los actos de incineración de clorhidrato de cocaína, en el 42 % de los de destrucción de cocaína base y en el 67 % en el caso de la marihuana.
El proceso de validación consiste en la verificación de datos y documentación sobre las sustancias ilegales incautadas desde que salen del recinto de pruebas hasta su eliminación en campo.
El representante de la UNODC en Bolivia destacó que la Felcn y el Ministerio Público cumplieron en 2016 con las normas y protocolos establecidos para la destrucción de drogas.
También resaltó que estos actos se desarrollaron “con transparencia” y dentro del periodo establecido por la ley boliviana, que indica que la droga debe ser destruida en un plazo de seis días que se cuentan desde su decomiso.
De Leo reiteró que la participación de la UNODC en los actos de incineración de drogas en Bolivia “es una actividad inédita a nivel internacional que permite reflejar los esfuerzos” del país andino en la lucha antinarcóticos.
En el informe, la institución de Naciones Unidas también valoró que a mayor cantidad existió mayor seguridad en los actos de destrucción de la misma.
El organismo recomendó mejorar las medidas de seguridad para el personal que se encarga de la incineración de la droga, además de usar y hacer el mantenimiento correspondiente a los hornos de incineración donados por esa institución dependiente de la ONU con financiación de Alemania, el Reino Unido y Estados Unidos.
Las actividades de incineración y destrucción de drogas en Bolivia en 2016 fueron financiadas por la Unión Europea y Dinamarca.
A su turno, el viceministro boliviano de Defensa Social y Sustancias Controladas, Felipe Cáceres, valoró el acompañamiento de la UNODC en estas labores porque, según dijo, “muestran con transparencia el trabajo realizado por la FELCN y la Fiscalía”.
Perú, Colombia y Bolivia son los principales países productores de hoja de coca y de su derivado ilegal, la cocaína.