La partida del joven Félix Eduardo Espínola Mereles conmocionó a sus amigos y familiares, ya que aparentemente no tenía problemas médicos; sin embargo, tras el fulminante infarto, descubrieron que padecía de una dolencia congénita que le ocasionó la muerte, según reportó finalmente la fiscala Teresa Rojas, quien tomó intervención en el hecho.
Según sus compañeros, el estudiante, que acababa de rendir exámenes complicados en la Facultad Politécnica de la UNA, manifestó que iba a despejarse en la fiesta de cumpleaños y retomar la semana con los repasos de sus materias.
versión fiscal. En el local nocturno fue llevado por un amigo, quien lo dejó frente a Pirata Bar. Luego de esto, el joven se unió con los invitados del cumpleaños.
En un momento dado de la fiesta, según datos recabados por el Ministerio Público, Eduardo se apartó de sus amigos y aparentemente fue a bailar con alguien. Luego le perdieron el rastro, comentó la fiscala, quien acudió a la discoteca para verificar la escena.
Sus amigos incluso llegaron a retirarse del lugar sin que retomaran comunicación con él. “No hubo dos amigos que lo abandonaron”, explicó la fiscala, al referirse a la versión de que el joven fue abandonado a su suerte mientras agonizaba en la pista.
También surgió la versión de que hubo consumo de algún tipo de sustancia, pero la representante del Ministerio Público dijo que la autopsia reveló, de manera preliminar, que el joven sufría de miocardiopatía hipertrófica.
“Él tuvo un infarto, el corazón lo tenía muy inflamado, es algo congénito”, reportó Rojas, luego de comunicar que los agentes de Criminalística no hallaron evidencias de sustancias en el cuerpo del joven. También acotó que el estudiante no presentaba lesiones en el cuerpo, a excepción de un corte que tiene en la ceja que sufrió tras la caída.
Rojas explicó que el informe final de la autopsia se dará a conocer en 20 a 30 días y para confirmar si hubo consumo de sustancias fueron retiradas muestras de órganos vitales, explicaron tras la intervención. En la tarde de ayer, la agente fiscal entregó las pertenencias del estudiante a su padre y hermano. Además, ordenó que el cuerpo les fuese entregado.
Los compañeros y amigos del universitario recordaron a Eduardo como uno de los jóvenes más alegres y destacaban su capacidad y desempeño como músico.
Dijeron que en algún momento, en su honor, se volverán a encontrar para las “tocatas” con guitarras y armónicas de por medio, en medio de los estudios y repasos de las materias de la carrera de Ingeniería Eléctrica.