La cifra de desplazados se sitúa entre 58.700 y 59.754, según las misma fuentes.
Tres cuartas partes de las familias desplazados se encuentran en campamentos al este y al sur de Mosul, en Ninewa, Erbil y Anbar, en tanto que los demás se han refugiado en otras comunidades o en edificios públicos, según el portavoz de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA), Jens Laerke.
De acuerdo con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), un 87 % de los desplazados proceden del distrito de Mosul, lo que supone más de 51.000 personas.
Un 8 % vivía en los distritos de Al Hamdaniya, a 35 kilómetros al sureste de la ciudad, es decir más de 4.800 personas, mientras que un 4 % ha huido de Tilkaif (más de 2.300) y menos de un 1 % (300) de Tel Afar.
La población de desplazados ha aumentado en más de 4.400 iraquíes en los últimos cinco días, según la OIM.
Los desplazados por la operación militar se suman a los más de 3,1 millones de iraquíes que se encuentran repartidos por todo el país desde enero de 2014, cuando el EI tomó el control de la estratégica ciudad de Faluya, hasta el 10 de noviembre de 2016.
Según ACNUR, unos 40.000 iraquíes han huido de la ofensiva militar en lo que va de mes y cerca de la mitad son niños.
Hasta ahora, misiones de respuesta de emergencia cercanas a las líneas de combate han podido entregar a más de 69.000 personas alimentos, agua y productos de higiene básicos, según la OCHA.
La OIM, por su parte, ha finalizado el 68 % del trabajo para instalar en una primera fase 5.000 tiendas en el puesto de emergencia creado para los desplazados en una antigua base aérea de las fuerzas iraquíes en Al Qayara, y planifica ya su expansión con 5.000 más.
Precisamente cerca de Al Qayara, el humo tóxico de almacenes de azufre y de yacimientos petrolíferos incendiados por el EI ha afectado a 14 ciudades y más de 1.500 iraquíes han buscado atención médica por complicaciones respiratorias, señaló la OCHA.
