28 mar. 2024

Una niña héroe rescató a su hermanito de un incendio

15 minutos bastaron para que la humilde vivienda de la familia Benítez Samudio, ubicada en el asentamiento San Ramón, en Remansito, Departamento de Presidente Hayes, se consumiera por completo debido a un incendio que se inició en la siesta del domingo pasado. El fuego consumió por completo toda la casa, pero no hubo víctimas que lamentar debido al coraje que tuvo una niña de 8 años que junto con su hermano, de tres, se encontraban solos en la humilde vivienda.

Karina Jazmín, a pesar de su corta edad, había recibido el encargo de su madre, Nélida Rocío Samudio, de cuidar de su hermanito, Miguel Ángel (3), mientras ella salía un momento a realizar un trámite de su trabajo: la mujer trabaja como quinielera y tenía que salir por un momento a entregar la recaudación del día a un compañero de trabajo.

Antes de salir, debido a la fuerza del viento, Nélida decidió colocar el brasero en el que estaba preparando la comida en la pequeña cocina sin pensar en lo que podía pasar minutos después. “La ventana estaba abierta y el viento era muy fuerte y echó el brasero que estaba en la pieza. El brasero se cayó por unas ropas y ahí ya se empezó a quemar todo”, contaba la pequeña Karina, ante la atenta mirada de su madre.

La niña ya empezaba a toser por el humo que inundó la casa, cuando estiró los brazos de su hermano y se lo llevó hasta un lugar seguro. De no haber actuado rápido, quizás se hubiera lamentado la pérdida de una vida inocente. “Ella siempre fue muy pegada a sus hermanos y siente que los tiene que defender. Primero pensó en sacarlo a él y después fue a avisarme de lo que estaba pasando”, dijo la orgullosa madre.

Casi todo perdido. Tras el incendio de su casa, Nélida y su marido, Mario Luis Benítez, perdieron todos los bienes que acumularon en 9 años de estar juntos: una cama tipo somier, dos roperos, una heladera, un televisor de 21 pulgadas, un equipo de sonido, entre otros electrodomésticos que terminaron hechos ceniza. Lo que llamó la atención de la familia y de los vecinos fue el único objeto que se salvó de las llamas: una Biblia, cuyas hojas quedaron intactas.

“Nosotros creemos que fue un milagro porque somos muy creyentes. Nuestra fe en Dios y en la Virgen hizo que no perdiéramos a nuestros hijos”, expresó la madre emocionada.