Millones de personas participan en todo el mundo en este acontecimiento organizado cada año por el grupo conservacionista WWF, por el que quedarán apagados cientos de lugares conocidos, como la torre Eiffel de París o el Space Needle de Seattle.
La de este año fue la novena edición del evento, cuyo objetivo no es solo ahorrar electricidad en ese momento puntual, sino crear conciencia sobre la necesidad de utilizar fuentes de energía sostenibles, además de pedir compromisos políticos para detener el calentamiento global.
En Australia, la Hora del Planeta este año se ha centrado en la agricultura, por el temor a que un aumento de las temperaturas pueda entorpecer la capacidad del país para producir comida.
La Hora del Planeta tiene lugar desde las 20.30 locales y anima a ciudadanos, comunidades, empresas y organizaciones a apagar las luces durante una hora para denunciar la situación que vive el planeta.
La iniciativa empezó en Sídney en 2007, pero se convirtió en un acontecimiento global muy rápidamente.
“Más de 170 países participaron y más de 1.200 lugares emblemáticos y cerca de 40 enclaves declarados patrimonio de la humanidad por la Unesco” participaron en la iniciativa, según dijo el director de la Hora del Planeta, Sudhanshu Sarronwala.
La oscuridad reinó en el Cristo Redentor de Río de Janeiro, la Acrópolis de Atenas, el castillo de Edimburgo, el Big Ben de Londres y Times Square en Nueva York, entre otros muchos sitios.
La consigna este año es “usa tu poder para cambiar el cambio climático”, lo que ha dado pie a numerosas iniciativas en distintos lugares, como una fiesta de baile zumba con trajes que brillan en la oscuridad en Filipinas, cenas a la luz de las velas en restaurantes de Londres y una pista de baile con su propio generador bajo la Torre Eiffel.
Nueve millones de personas en 162 países participaron en esta iniciativa, según los datos de WWF. afp-efe