Por Andrés Colmán Gutiérrez- @andrescolman
Jahupívo ñande po
ñañoañuãvo ja’e
hermano ningo ra’e
ndajaikuaáiva ñande
ipukuma ñande rape
hasypeve jatopa
ko idea porãite
okañyva yma guive.
La voz ronca de Máximo Melgarejo, ex dirigente de las Ligas Agrarias Cristianas y uno de los históricos fundadores de la comunidad asociativa San Isidro de Jejuí, despierta antiguas emociones en los ojos brillosos de los sobrevivientes y curiosidad en sus hijos y nietos.
Don Máximo llegó al aty guasu (gran reunión) en San Isidro con su guitarra al hombro, caminando con cierta dificultad por el achaque de los años y por las secuelas de la represión y las torturas que sufrió en época de la dictadura, cuando cayó detenido junto a más de un centenar de pobladores luego de que un pelotón militar al mando del teniente coronel José Félix Grau y el célebre jefe de Investigaciones, Pastor Coronel, asaltaron la comunidad en la madrugada del 8 de febrero de 1975.
Luego de un karu guasu (una gran comida), algunos de los pioneros le piden a karai Máximo:
–¡Japuraheimina...! (¡Cantemos!).
–¿Mba’epa pehenduse? (¿Qué canción desean escuchar?) –les pregunta él mientras extrae su vieja guitarra de la funda.
–Reikuaavoi ningo (Ya sabés) –le contesta Apolonio Álvarez, otro de los antiguos dirigentes.
Entonces Máximo comienza a rasguear su guitarra y entona “Japaymina compañero”, la canción más popular y recordada, que para muchos era el verdadero himno de las Ligas Agrarias Cristianas.
Varias voces roncas de emoción se unen a la del septuagenario cantor:
Japaymina compañero
og̃uahẽma ko’ẽju
péina ipúma la campana
ñapu’ãna ñahendu
iñe’ẽme omombe’u
tuichaha dignidad humana
Liga Agraria Cristiana
péina ag̃a ogueru.
Música para encender las conciencias
Las Ligas Agrarias Cristianas (LAC) eran organizaciones campesinas, inspiradas en los principios del cristianismo y en el modelo de las primeras comunidades cristianas, que surgieron en los años 60 y 70 con el objetivo de “vivir como hermanos”, con respaldo de algunos sectores de la Iglesia católica paraguaya, colectivizando desde la propiedad de la tierra y la producción, hasta la educación y la sobrevivencia cotidiana.
Aunque muchos las veían como enfrentadas críticamente a la dictadura, no eran un movimiento de oposición, sino de proponer un modelo de sociedad alternativa.
“Las Ligas no surgen como un movimiento antidictatorial, sino como una organización que nace para defender sus intereses y luego, poco a poco, se va desarrollando y postulando un modelo de sociedad específico. Por supuesto, el stronismo no aceptaba otro modelo que el representado por ellos, por eso tuvo que erradicar, sacar de raíz, dicha experiencia y lo hizo de la manera más traumática imaginable”, destaca el historiador Ignacio Telesca.
Uno de los elementos que estuvo presente desde el inicio en la organización fue la música.
“En las reuniones y en los encuentros de las Ligas Agrarias se cantaba mucho. Algunos músicos encabezaban, pero todos cantábamos, aunque no tuviéramos linda voz. Las canciones tenían letras propias que definían la identidad de nuestra organización, que nos hacían reconocernos, nos unían más y nos motivaban a seguir adelante”, destaca el poeta guaraní Gregorio Gómez Centurión, también ex dirigente y otro de los fundadores de San Isidro.
De las muchas canciones que fueron escritas y cantadas en el “cancionero de la Ligas Agrarias”, la más popular fue siempre “Japaymina compañero”, destaca Gregorio.
Máximo Melgarejo sostiene que la letra es de creación colectiva, pero Gregorio indica que, probablemente, gran parte de su autoría corresponde al ex dirigente Juan Félix Martínez.
La letra fue creada sobre una música ya compuesta, la popular polca “Tupãsy Caacupépe”, que Diosnel Chase creó para los versos del gran Emiliano R. Fernández.
“Esta canción sigue viva, al igual que nuestros ideales de las Ligas Agrarias, que nos permitió recuperar las tierras que nos arrebató la dictadura en San Isidro de Jejuí, donde hoy encaramos nuevos proyectos productivos en forma común. Por eso seguimos cantando ‘Japaymina compañero’ con nuestros hijos y nietos, porque es una canción que nos sigue motivando a trabajar por los cambios sociales”, explica Gregorio.
Letra completa de la canción (con traducción al español)
Japaymina compañero
og̃uahẽma ko’ẽju
péina ipúma la campana
ñapu’ãna ñahendu
iñe’ẽme omombe’u
tuichaha dignidad humana
Liga Agraria Cristiana
péina ag̃a ogueru.
CORO
Jahupivo ñande po
ñañoañuãvo ja’e
hermano ningo ra’e
ndajaikuaáiva ñande
ipukuma ñande rape
hasypeve jatopa
ko idea porãite
okañyva yma guive.
Ñande reko pyahurãre
jajapova’erã promesa
ymaguivéma ra’e
hetaite jaiko rei
ñaha’ã oñondivepa
peteĩcha ñapensa
ha ñande reko tuja
yvyture japoi
CORO
Iñañava ñanendive
oiko ñanemosarambi
ha’ekuera upei rire
opuka ñande rehe
otro akãre jaikogui
hetaitema jasufrí
ha ñande oñondive
tova vaípe jaiko.
CORO
Traducción al español:
Despertemos compañero
ya llega el amanecer
está sonando la campana
levantemos a escuchar
nos cuenta en su voz
es grande la dignidad humana
la Liga Agraria Cristiana
nos trae en su sonar
CORO
Al alzar nuestras manos
al abrazarnos decimos
éramos hermanos
y no lo sabíamos
ya es largo nuestro camino
que por fin hallamos
con esta hermosa idea
oculta por mucho tiempo
Por esta nueva vida
hagamos una promesa
desde hace tiempo
hemos vivido sin sentido
esforcémonos juntos
en pensar como uno
y que nuestros errores
se los lleve el viento
CORO
Personas malvadas
nos han dividido
y posteriormente
se ríen de nosotros
por tener ideas ajenas
mucho hemos sufrido
mientras entre nosotros
andamos con el rostro triste.