19 abr. 2024

“Una autopsia no define un caso de negligencia médica”

El doctor Ignacio Iramain dice que por sí sola la autopsia no define el diagnóstico final de lo ocurrido a un paciente en un caso de posible negligencia. El país no cuenta con peritos médicos especializados, afirma.

Por Susana Oviedo y Andrés Colmán Gutiérrez

Las demandas por mala práctica médica son crecientes en todo el mundo, reconoce el doctor Ignacio Iramain, presidente de la Asociación de Derecho Médico.

“No podemos desconocer que haya situaciones de mala praxis, lo que lamentamos mucho es que a partir de ellas se diga que todos los médicos o somos comerciantes, malos o unos inútiles”, expresa.

Por otro lado, aclara que los médicos en el país no están preparados para un peritaje, “porque esto requiere toda una capacitación que en Paraguay no existe”. Se refiere a la pericia médica, especialidad que en otros países entra a intervenir, por ejemplo, en las demandas por negligencia.

El análisis de los actos médicos sospechados de mala práctica no puede basarse “de ninguna manera” sólo en la autopsia. “La autopsia por sí sola no define el diagnóstico final de lo que le ocurrió a un paciente”, explica, menos aún cuando hay una carencia en la formación de los peritos médicos.

En el Paraguay son forenses “que no tienen el entrenamiento y la preparación suficientes. Muchas veces creen que con una autopsia que se practica, ya se terminó todo”, dice.

La pericia médica, señala en términos coloquiales, “es hacer hablar al cadáver”. Esto implica qué pasó alrededor del paciente, examinar la documentación desde el punto de vista de la historia clínica.

Evaluar cuáles fueron las condiciones en que estuvo trabajando el médico: ¿Tenía todos los medios? ¿Estaba cansado? ¿Se encontraba presente o no? ¿Era lógico que estuviera presente o no? Todo esto, además de identificar el protocolo que debía cumplirse. “Todos estos aspectos tienen que analizarse y no concluir solo a partir de la fría autopsia”, insiste. Es decir, el contexto o el marco en el que se produjo el desenlace desafortunado de una actuación médica. “Es muy discutible que solamente en función a ese diagnóstico anatomopatológico se concluya la verdad. Muchas equivocaciones se han cometido así. La autopsia no es la última palabra; es la pericia médica”, resalta.

DENUNCIAS. Según Iramain, está comprobado que el 80 % de las denuncias por mala prác- tica corresponden a una mala comunicación entre el médico y el paciente. Cuando todo se hizo a las apuradas y el médico no explicó suficientemente o el paciente no entendió lo que le dijo el doctor, porque le habló en términos científicos o se hallaba muy apurado.

Es muy común, sostiene, que cuando una persona resulta con secuelas o fallezca durante algún procedimiento, “se prejuzgue al médico y ya se da por hecho que hubo negligencia”, dice Iramain.

No obstante, agrega, aun después de que sucedan hechos de esa naturaleza es importante que exista una comunicación entre el médico responsable y los familiares del paciente. “Que el médico se esconda frente a una situación desafortunada es lo que no perdona la gente”, reconoce.

“Si vamos a ser irracionales en nuestros análisis y tendemos a prejuzgar siempre la actividad médica, los costos de salud se van a disparar, como sucedió en los Estados Unidos, donde hay una industria de la demanda”, señala.

Esto genera que ante la eventualidad de una demanda por negligencia médica, los médicos contratan pólizas de seguro cada vez más caras para protegerse. “No hay médico que no sobrelleve al menos 10 demandas por año, y los costos de salud se elevan. Sin embargo, esto no repercute en una mayor calidad asistencial”, resalta.

Hay un cambio de paradigma en la relación médico-paciente que los profesionales del país deben entender, según Iramain. “Del paternalismo médico, en que el doctor decidía sobre la vida del paciente, se pasó al consenso y diálogo con el paciente para tomar decisiones conjuntas”.

Por eso, considera que temas como el consentimiento informado deben incorporarse a la legislación nacional.

COLEGIO MÉDICO

El Paraguay sigue siendo uno de los pocos países que carecen de una ley que regule el ejercicio de la profesión médica o que cuente con un Colegio médico.

“Son avances aprobados internacionalmente. Con esa ley o con un colegiado médico que, a través de un código de ética, defina cuáles son los parámetros de la práctica médica, se precautela el accionar de la profesión. Los médicos asumen que los derechos del paciente son sus deberes”, explica el doctor Ignacio Iramain.

Según explicó, hace años que el gremio médico viene luchando por estos temas, que no acompaña el Parlamento.

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