El reconocimiento esperó nada menos que 37 largos años por uno de los logros acaso más importantes para el fútbol paraguayo. Miranda fue el entrenador que condujo a la Selección Paraguaya de fútbol a conquistar su segunda Copa América (1979), en un momento político complicado que vivía el país. Incluso hasta el propio Miranda sufrió en carne propio la presión de alto nivel para hacerle jugar el último partido a Hugo Ricardo Talavera, quien llegó a Buenos Aires escoltado por dos generales. Sin embargo, la respuesta de Miranda fue “ya tengo mi equipo”.