En cumplimiento a la sentencia de la Corte Interamericana de los Derechos Humanos (Corte IDH), la Corte Suprema de Justicia decidió no dar lugar al pedido de inconstitucionalidad, planteado por el alemán Heribert Roedel, quien no está de acuerdo con el monto de la indemnización aprobado por ley.
En octubre del 2014, la Corte ya había rechazado una acción de inconstitucionalidad promovida por las empresas Kansol S.A. y Roswell Company S.A., que rechazaban la ley de expropiación de las tierras ancestrales a favor del Instituto Paraguayo del Indígena (INDI), para su posterior transferencia a los Sawhoyamaxa.
A partir de ahora ya no hay impedimentos para que la propiedad se inscriba en forma preventiva a nombre de la comunidad, mientras duren los trámites de transferencia, a fin de evitar que el actual ocupante la venda durante el proceso.
Los G. 34.939.617.222 ya están depositados en una cuenta genérica, en caso de Roedel no los quiera aceptar de deberá recurrir a una medida judicial por la que se deposite en su cuenta bancaria, explicó el jefe del departamento de Gestión Administrativa y Judicial del INDI, Ricardo Ortega.
La sentencia del organismo internacional incluye el desembolso de fondos para el desarrollo de la comunidad, pero parte de los G. 3.000 millones destinados para las comunidades indígenas fueron desviados del presupuesto del INDI, durante la administración de Rubén Quesnel.
Al respecto Ortega refirió que hay dos alternativas, la primera es pedir la restitución de los fondos en el presupuesto 2016, mientras que la segunda plantea trabajar interinstitucionalmente en el arraigo y desarrollo, se trata de que cada ente estatal aporte a la comunidad de acuerdo a su competencia.
El Ejecutivo promulgó el 11 de junio del 2014 la ley por la que se restituye a los Sawhoyamaxa sus tierras, después de 23 años de lucha. La normativa es un paso para cumplir con la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Los Sawhoyamaxa, del pueblo Enxet, fueron expulsados de sus tierras hace 23 años y tuvieron que vivir a la orilla de la ruta que une Pozo Colorado con Concepción. Hace más de un año decidieron reocupar parte de sus tierras, donde son constantemente hostigados por los empleados de la estancia de Roedel.