La llamada fue realizada a la línea fija de la vivienda de Antolina Giménez de Martínez, del barrio María Auxiliadora de Presidente Franco. Con el susto, la mujer obvió contactar con su hija e inmediatamente recurrió a la Policía. La presunta víctima, Marta Raquel Giménez de 30 años, nunca estuvo en poder de ningún captor.
La maestra estaba dando clases en un céntrico edificio de Ciudad del Este, cuando la madre recibió la llamada y lo primero que se imaginó fue que los supuestos captores la alzaron a la fuerza a bordo del rodado. Un grupo de Investigación de Delitos del Alto Paraná inició las pesquisas del caso y llamaron al número de teléfono de la profesora, quien atendió y dijo que estaba llegando a su casa, en Presidente Franco. Con eso, ya se percataron que era un caso de extorsión.
Las primeras hipótesis dan cuenta de que la llamada se realizó desde la cárcel. El Ministerio Público tomó intervención en el caso que movilizó una amplia estructura policial, ante un supuesto caso de privación ilegítima de libertad, que se manejó como primer dato. (N.D.)