19 mar. 2024

Un crecimiento sostenible sin dependencia externa

La volatilidad sigue siendo la principal característica de la economía paraguaya. Este hecho no solo ocurre en las tasas de crecimiento anuales sino también en periodos cortos como se observa en los dos primeros trimestres de este año. Las variaciones acentuadas en el ritmo del PIB no ayudan a darle previsibilidad a la economía y limitan las posibilidades de un crecimiento de calidad a largo plazo. El Banco Central del Paraguay anunció que el magro desempeño del último trimestre no afectará a la proyección de crecimiento para 2017; a pesar de ello, es necesario atender este comportamiento con cambios estructurales en el esquema productivo.

El clima nuevamente se constituye en un protagonista principal del desempeño económico. El Banco Central del Paraguay presentó las estadísticas trimestrales de evolución del PIB sectorial dando cuenta de las enormes fluctuaciones entre los dos primeros trimestres del año, pero también con respecto a los mismos trimestres del año anterior.

La retracción verificada en los sectores de la ganadería y de la energía tiene como causas las inundaciones, las heladas, además de otras que en el caso de las binacionales afectaron a la demanda.

El clima históricamente ha ejercido una fuerte influencia en la evolución de la economía dada la alta dependencia tanto en la producción como en la generación de empleos de la agricultura. Si a esto le agregamos que en el caso de la agricultura de exportación también se agrega la dependencia de los precios y de la demanda internacional, tenemos como resultado una economía que depende de un factor externo difícil de controlar a través de la política pública.

Si a los efectos del clima se agrega la influencia de las condiciones políticas y económicas de nuestros dos países vecinos, con largos historiales de fluctuaciones, el escenario es poco propicio para lograr una trayectoria económica estable y con potencialidad para transitar a estadios del desarrollo más avanzados. Este problema afecta de manera particular a los departamentos fronterizos donde habita alrededor de una quinta parte de la población, por lo que su efecto no es menor en las condiciones económicas a nivel nacional y de forma directa en más de un millón de personas.

El análisis de los factores internos que influyen en la producción también debe ser motivo de análisis y preocupación. La evolución del sector de la construcción debe ser considerada en función de la dependencia de la inversión pública o privada. No debería esperarse que su evolución esté supeditada a los desembolsos públicos.

A largo plazo no es sostenible ya que, como sabemos, esas inversiones están a su vez atadas al endeudamiento externo que ya está llegando a sus límites tanto como porcentaje del PIB como con respecto al porcentaje de las recaudaciones tributarias.

Debe preocupar a las autoridades y a la ciudadanía en general este desempeño económico. Ya no tendremos crecimiento en los niveles de años anteriores y la volatilidad no se reduce debido a la dependencia de factores exógenos.

La economía no puede depender del clima y ahora de la inversión pública ya que el Estado paraguayo tiene limitaciones estructurales para su financiamiento, pues esto exige del endeudamiento externo.

Paraguay debe construir una trayectoria de crecimiento sostenible a largo plazo sin tanta dependencia externa. La pregunta que debemos responder es qué sectores y subsectores tienen la potencialidad de aumentar su participación en el PIB para reducir la volatilidad y mantener estas tasas de crecimiento sin aumentar el endeudamiento.

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