25 abr. 2024

ÚH acerca al Mitã Guasu Félix Pérez Cardozo con todas sus canciones

Por Adrián Cáceres

Foto: UH Edicion Impresa

Con sus amores. Félix Pérez Cardozo en compañía del arpa y su esposa, Avelina Sánchez.

adrian-caceres@uhora.com.py

Han pasado 61 años de la partida de quien fuera acaso el máximo exponente –y también precursor– del arpa paraguaya, Félix Pérez Cardozo (1908-1952), y el diario Última Hora, en alianza con el sello BlueCaps, lo revive a través de la colección homónima de tres cedés que se lanza desde mañana.

“Es un material inédito en el Paraguay y espero que la gente lo sepa apreciar. Me fue cedido especialmente de la matriz original de Emi-Odeon. Es la obra completa de papá, que incluye 42 temas”, señala Ángela Rosa Pérez Cardozo (67), hija del gran arpista e inspiradora de la polca que lleva su nombre y de El sueño de Angelita.

Recuerda que el gran arpista causó furor en Buenos Aires entre los años 30 y 40, y fue el pionero en llevar el arpa paraguaya a la Argentina.

El artista. Félix Pérez Cardozo desarrolló con su arte el arpa, innovándola de 32 a 36 cuerdas. Tuvo un despliegue de excelencia en los diferentes géneros, al ser no solo un intérprete brillante, sino además un gran creador.

Fue llamado Mitã Guasu por sus contemporáneos, ya que muchos exiliados iban a parar a su casa; él los recibía, dándoles alojamiento y buscándoles un trabajo. “Fue un gran paraguayo, jamás le dio la espalda a nadie, fue muy querido”, comenta la hija.

Agrega que todos deberían sentir orgullo por Pérez Cardozo, creador de títulos memorables del repertorio paraguayo y compositor de la cueca 60 granaderos, un tema emblemático y clásico del cancionero popular argentino.

“Pérez Cardozo es en Paraguay lo que Carlos Gardel en Argentina: un patrimonio nacional”, aseveró Ángela Rosa, al comentar que la siguen invitando a países como Chile, Venezuela, México, EEUU, Emiratos Árabes, entre otros, donde se realizan festivales con homenajes a Pérez Cardozo.

Recuerdos. Ángela evoca que cuando el gran arpista se presentaba, con su sola presencia hacía reinar el silencio. “Tenía un carisma y una majestuosidad impresionantes. Y él siempre tocaba de esmoquin”, detalla.

Añade que aunque el artista falleció cuando ella tenía solo seis años, no olvida sus atenciones. “Venía a mi cuna todas las noches, y me traía un chocolate, me daba un beso y las buenas noches. Fue un ser muy especial, más allá del arpista conocido mundialmente”, finaliza Ángela.