“No aceptamos abrir una oficina en Turquía. Invertir más aquí para que crezcan nuestros negocios depende de la posibilidad de poder contar con la continuidad del servicio”, declaró Colin Crowell, vicepresidente de Twitter.
Directivos de Twitter se habían reunido el lunes con responsables del gobierno turco, por primera vez desde la polémica sobre el contenido de las redes sociales.
Se trataba de las primeras conversaciones directas desde que Ankara bloqueó el acceso a la red social el mes pasado, después de que se difundieran mensajes acusando de corrupción al entorno del primer ministro turco Recep Tayyip Erdogan. El gobierno turco acusó a Twitter de haber ignorado varias órdenes legales de retirar unos enlaces considerados ilegales.
Ankara tuvo que levantar el bloqueo el 3 de abril, después de que la Corte Constitucional sentenciara que la medida era contraria a la libertad de expresión.
Pero el sábado Erdogan acusó a la página de internet de evasión fiscal.
“Twitter, YouTube y Facebook son compañías internacionales establecidas para obtener ganancias”, declaró Erdogan en declaraciones televisadas. “Además, Twitter es un evasor fiscal. Lo perseguiremos”, agregó.
El gobierno turco reclama a la empresa con sede en San Francisco, que no dispone de ninguna base operativa en Turquía que abra allí una oficina y pague impuestos turcos. AFP