“Nuestro éxito en Yarábulus (la ciudad siria que Turquía arrebató al EI en agosto) se basaba en la colaboración con las fuerzas locales, y queremos que lo mismo suceda en Mosul”, dijo el ministro turco en una rueda de prensa junto al ministro español de Asuntos Exteriores en funciones, José Manuel García-Margallo.
Çavusoglu recordó que Turquía ya está formando a milicias locales compuestas por kurdos, árabes, turcomanos y yazidíes en la localidad de Bashika, situada a unos 15 kilómetros de Mosul.
“Si la coalición internacional apoya estas fuerzas, podremos limpiar Mosul del Daesh (Estado Islámico)”, prometió el ministro.
Subrayó que la operación no debe realizarse con las milicias chiíes que conforman la punta de lanza del Gobierno central de Bagdad, ya que la población suní de Mosul las considera enemigas y la situación sólo empeoraría.
“El pueblo suní de Mosul no debe verse forzado a elegir entre dos grupos que para ellos son igual de peligrosos: los chiíes y el Dáesh”, insistió el jefe de la diplomacia turca.
También recordó que Turquía ha “impedido el paso de cientos y miles de terroristas” que intentaban unirse al EI en Siria y exigió que los países de origen de estos yihadistas -muchos de ellos europeos- “tomen medidas más serias”.
El Gobierno iraquí solicitó ayer al Consejo de Seguridad de la ONU celebrar una reunión urgente para debatir “los excesos” de Turquía en territorio iraquí y su intromisión en los asuntos nacionales de Irak.
Unos 300 soldados turcos con tanques y blindados se encuentran desplegados en el campamento militar de Bashiqa, a unos 15 kilómetros al este de Mosul.
El Gobierno turco respondió diciendo que su contingente militar continuará en el norte de Irak pese a la oposición y las protestas del Gobierno iraquí.