El matorral que se alza en estos espacios públicos se constituye en un factor de alto riesgo, ya que impide a los automovilistas tener una buena visibilidad con relación al carril que corre en sentido contrario y, por sobre todo, al profundo canal que va en paralelo a esta extensa vía de comunicación.
Asimismo, entre los yuyos se arrojan todo tipo de desperdicios, principalmente envases de plástico vacíos, los cuales, al acumular agua de lluvia en su interior, se convierten en potenciales criaderos de mosquitos y todo tipo de alimañas.
Comerciantes de ese sector limítrofe de Asunción indicaron que ya se realizaron numerosos pedidos de limpieza al Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), institución que debe encargarse del mantenimiento de esta ruta, pero que, transcurrido el tiempo, son ignorados por sus autoridades.
Los vecinos también agregaron en la ocasión que hay malvivientes que usan estas malezas como aguantaderos para cometer asaltos contra peatones, amparados en la deficiente iluminación de la zona.
Precisamente, el buen crecimiento que experimentan estas malezas evidencia que las cuadrillas de Obras Públicas no realizan su tarea desde hace un considerable tiempo.
Resultó infructuoso hallar a algún referente del MOPC para conocer el motivo por el cual no se hace en tiempo y forma el mantenimiento de Madame Lynch. Ni Juan Meaurio, jefe de Mantenimiento de Rutas; Hugo Miranda, director de Vialidad; ni en la Dirección de Prensa, atendieron en la víspera la llamada de consulta del diario ÚH.