En ese puesto, Mulvaney será el encargado de diseñar la estrategia presupuestaria de la Casa Blanca y de convencer al Congreso de aprobar las cuentas y las prioridades de gasto, así como la política fiscal.
Mulvaney, de 49 años, llegó al Congreso en 2010 aupado por el movimiento ultraconservador del Tea Party, que hizo de la disciplina fiscal y la reducción del gasto su más importante mandamiento.
El congresista es además miembro del intransigente Freedom Caucus, un grupo de republicanos del ala más conservadora que se oponen a todo aumento del gasto presupuestario.
El puesto de la Oficina de Gestión de Presupuesto (OMB, en su siglas en inglés) debe ser confirmado por el Senado, donde Mulvaney no cuenta, en principio, con muchos aliados.
En la Administración Trump tendrá la difícil tarea de darle la vuelta a la estrategia presupuestaria del presidente Barack Obama y poner en números las promesas electorales del candidato republicano.
Entre sus labores estará diseñar un plan para revocar la reforma sanitaria aprobada en 2010, modificar importantes áreas del código impositivo y promover un complejo programa de infraestructuras prometido por Trump.
