18 abr. 2024

Tribunales de droga descomprimirán la cárcel y ahorrarán recursos del Estado

Para el magistrado chileno Alberto Amiot Rodríguez, Paraguay debe evaluar la implementación de los tribunales de droga y alcohol. Es mejor rehabilitar a consumidores que enviarlos a prisión, asegura.

Plan.   Graciela Barreto (Senad),  Alberto Amiot (c) y el sacerdote  Fulgencio Ferreira explican cómo funciona el  programa.

Plan. Graciela Barreto (Senad), Alberto Amiot (c) y el sacerdote Fulgencio Ferreira explican cómo funciona el programa.

El juez Alberto Amiot Rodríguez, de nacionalidad chilena y enviado por la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas de la Organización de los Estados Americanos (OEA), presentó en el Paraguay un plan que busca implementar los tribunales de tratamiento de drogas, en busca de una alternativa al encarcelamiento para los consumidores.

El planteamiento es que los drogadictos que cometan ciertos tipos de delitos tengan un tratamiento especial en vez de enviarlos a la prisión, explicó Amiot Rodríguez.

“Hay personas que deben estar rehabilitándose y no en la cárcel”, asegura el especialista, quien explicó que “cuando enviamos a la cárcel a una persona, no reditúa nada al Estado ni a la sociedad, por el contrario, genera gastos y problemas, en su mayoría de hacinamiento y de salud en las penitenciarías”.

“Sin embargo, cuando trabajamos en la rehabilitación de una persona, estamos intentando introducir a un ciudadano a la sociedad que luego puede trabajar, estudiar y pagar sus impuestos, mejorando así su entorno familiar. Hay una rentabilidad social”, explica el magistrado.

El experto señala que los Tribunales de Justicia en materia penal, no están preparados para abordar estos casos, para ello necesitan formar equipos interdisciplinarios y dotarlos de elementos para que lleven a cabo el plan que involucra a Salud Pública, ministerio Público y de Justicia.

SEGUIMIENTO. La idea es que cuando ingresen al programa, tengan un seguimiento judicial para verificar que cumplan con las medidas, el proceso terapéutico y finalmente se rehabilite. El propósito es generar el proceso de curación y se les enseñe habilidades para la vida (laboral, educativa) y se los deje de estigmatizar, considerando que todos los adictos son delincuentes. El equipo de trabajo evalúa si la persona está en el rango permitido dentro el proyecto, según aclaró.

“La cárcel no la necesitan, simplemente rehabilitarse. Es apuntar de mínimo compromiso adictivo y delincuencial. A largo plazo se pretende incluir a aquellos candidatos que tienen un riesgo de reincidencia alto”, explicó Amiot.

El programa es para usuarios que tienen consumo abusivo de la droga y no sean reincidentes. Contempla a las personas que han cometido robos, hurtos, violencia intrafamiliar, amenaza, lesiones, cuasi delitos de lesiones y para aquellos que robaron o traficaron droga para el consumo de estupefacientes.

Proponen trabajar para informar a los afectados a dónde recurrir cuando atraviesan por un problema de ansiedad y otros dramas. Se requiere de un centro de rehabilitación de alto equipamiento y de especialistas que sean muy bien entrenados que ayuden a los adictos, además de la voluntad política. Son tratamientos diferentes que se dan a menores y mayores de edad como también a mujeres. Cada droga tiene una intervención particular y debe ser trabajado con Amiot comentó que el programa funciona en 17 países de varias partes de la región.

EN CDE. En Ciudad del Este, cuentan con una clínica de desintoxicación programada para abordar los problemas de adicción, allí acuden pacientes de varios puntos del país, explicó el sacerdote Fulgencio Ferreira, pilar del trabajo.

Explicó que el Tribunal de Tratamiento genera mucha esperanza para los que acuden en el lugar debido al proceso y acompañamiento que reciben.

El cura señala que muchos acuden por orden judicial y los abogados buscan sólo conseguir el certificado de las sesiones, hecho que no es prioridad para ellos. Señala que el trabajo es interdisciplinario y que en un año, asistieron a 200 pacientes y trataron con 350 familias.