El pedido ya había sido rechazado el pasado miércoles por el juez penal de Curuguaty, Carlos Goiburú, y la defensa planteó la apelación, que finalmente ayer de nuevo fue rechazada.
El dirigente campesino y otros cuatro procesados por la matanza de Marina Cué, ocurrida en junio de 2012, Felipe Benítez Balmori, Arnaldo Quintana y los hermanos Adalberto y Néstor Castro, habían realizado huelga de hambre para exigir la prisión domiciliaria; luego de 58 días de llevar adelante la medida y tres días de haber sido rechazado el pedido por el juez Goiburú, el tribunal de Apelación de Salto del Guairá concedió el arresto domiciliario a los campesinos, el pasado sábado 12, atendiendo al informe médico del forense del Poder Judicial, Alejandro Fretes, que hacía referencia al estado de salud delicado en que ya se encontraban los huelguistas.
Sin embargo, el lunes, cuando ya iban a sus respectivas viviendas a cumplir con la prisión domiciliaria, Rubén Villalba fue traído de vuelta a la cárcel desde Curuguaty, tras ser desempolvada una causa por invasión de inmueble, coacción grave y otros delitos, ocurridos supuestamente en el 2008 en la colonia Pindó y que se le atribuyen a Villalba.
Nuevamente en huelga. De vuelta en prisión, Rubén Villalba reinició su huelga de hambre, al considerar que su caso ya era un ensañamiento de las autoridades judiciales con los procesados en el llamado caso Curuguaty.