Los camaristas Mirtha González de Caballero y Agustín Lovera Cañete votaron a favor de admitir la recusación, mientras que su colega José Waldir Servín, por el rechazo.
En el caso, la firma Marilun Armele SA, representada por María Armele, había querellado a siete personas, entre ellas Jorge Genaro Prieto Conti, por haber ingresado al condominio y derribar una construcción nueva.
Los querellados habían ganado un juicio civil que dispuso la destrucción de la construcción.
Ya en el juicio oral, recusaron al juez Víctor Alfieri, porque una de las testigos, la abogada Sandra Otazú, ex representante legal de la firma, era compañera del estudio jurídico de su esposa María Victoria Rivas de Alfieri.
Prieto Conti argumentó que el juez tenía afectada la imparcialidad por este motivo. El magistrado, por su parte, alegó que el relacionamiento profesional entre su esposa y la testigo fue años atrás y no en la actualidad.
Según el voto en mayoría, señaló que no debía existir sospecha alguna de parcialidad contra el juez. Con ello, correspondía que el juez se inhiba de entender en la presente causa, a fin de preservar la imparcialidad e independencia.
Por su parte, para el camarista Servín, la testigo Sandra Otazú no era parte en el juicio, sino testigo, por lo que, al no ser parte, no existe motivo para que el magistrado se apartara de la causa.
Al final, con el voto en mayoría, Alfieri fue apartado.