BRASILIA, BRASIL
Un Congreso descontento y secuelas de una economía débil posiblemente limiten la capacidad del nuevo presidente brasileño, Michel Temer, para implementar recortes de gastos y reformas del sistema social que los inversores esperaban tras la remoción de su predecesora.
La destitución de la presidenta Dilma Rousseff el miércoles por el Senado brasileño allanó el camino para que Temer, mandatario interino desde mayo, impulse reformas fiscales para cerrar una enorme brecha presupuestaria que le costó al país su grado de inversión en el 2015.
Pero ese impulso podría tener corta duración ya que la agenda pro mercado de Temer enfrenta una batalla cuesta arriba, dijeron sus asesores económicos y legisladores a Reuters.
Las divisiones ideológicas y rivalidades políticas dentro de la alianza de 22 partidos de Temer podrían poner en riesgo la aprobación de reformas, mientras que un alto desempleo y expectativas de una frágil recuperación económica frenaron a los legisladores de buscar medidas de austeridad más profundas.
sin consenso. “No hay consenso dentro de la alianza de gobierno sobre estas medidas de austeridad”, dijo Raimundo Lira, un senador del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB). “Algunos partidos quieren ir más rápido, mientras que otros quieren ir más despacio y necesitamos hallar el equilibrio correcto”, agregó.
Tras sustituir a Rousseff en mayo, cuando la presidenta fue suspendida para enfrentar un juicio por cargos de violar leyes fiscales, Temer se ganó a los inversores con promesas de poner fin a años de políticas intervencionistas, vender activos del gobierno y estabilizar la deuda pública. El Bovespa y el real figuran entre los activos con mejor desempeño en el mundo este año.
Sin embargo, Temer fue criticado por inversores y algunos aliados por suavizar las medidas de austeridad en busca de respaldo para destituir a Rousseff, incluyendo aumento de salario para varios funcionarios públicos.
Legisladores del Partido Social Demócrata de Brasil (PSDB), el principal aliado de Temer en el Congreso, están entre los más fuertes defensores de la austeridad.
Aécio Neves, líder del PSDB, negó la posibilidad de una escisión en la coalición, pero instó al gobierno a cumplir sus promesas de implementar más medidas de austeridad.
Una dura prueba para la coalición gobernante en el futuro cercano será la votación de un importante aumento de salario para los jueces del principal tribunal del país, que cuenta con el apoyo del partido del presidente, pero con el que el PSDB no está de acuerdo.