EFE
Es parte del proceso emprendido por el Gobierno para la evolución del transporte público, que tiene también como eje la modernización de la flota de autobuses, todavía dominada por los usuarios “buses chatarras”, como se conoce a los anticuados e incómodos colectivos que transitan por Asunción y su área metropolitana.
El proceso apuesta, además, por la aplicación del billete electrónico, lo que, sin duda, será toda una novedad en el país.
Sin embargo, y para novedades, las paradas de autobuses de cumplimiento obligatorio van a poner a prueba la disciplina cívica de los pasajeros.
Y es que cuando un asunceno quiere tomar un autobús solo tiene que situarse en cualquier esquina de la calle por donde circulan las líneas de transporte público y levantar la mano para que pare.
Es una costumbre que obedece a la inexistencia de paradas, lo que además genera la acumulación de personas esparcidas por la acera y, a su vez, una hilera de autobuses que cargan y descargan pasajeros y colapsan la calzada.
Por este motivo, el Viceministerio de Transportes, dependiente del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones, consideró que es hora de establecer paradas delimitadas cada 500 metros en el recorrido de los autobuses.
“Esto es un cambio cultural en el cual, el conductor va a tener que cumplir las paradas, nosotros vamos a tener que sancionar por nuestro lado y el usuario también tendrá que acostumbrarse a caminar, porque el usuario tampoco quiere caminar”, dijo el viceministro de Transportes, Agustín Encina.
La imposición de la nueva normativa incluye una multa de cinco millones de guaraníes (casi 900 dólares) a la empresa de transporte que siga con la práctica antigua.
“Es una necesidad real de la población. Es impensado tener una ciudad donde no existan paradas”, argumentó Encina.
Otra de las irregularidades que se quieren erradicar es que el conductor sea quien expida y cobre los billetes de los pasajeros, algo que habitualmente hace mientras emprende la marcha, poniendo en peligro la seguridad de tripulantes y del resto del tráfico rodado.
Para evitar esta multifaceta de los conductores, el Gobierno pondrá en marcha a mediados de año un billete electrónico que exima al conductor de las funciones de cobrador.
Estas acciones corresponden al gubernamental Plan de Renovación de Buses, que también implica la renovación de los “buses chatarras” por vehículos nuevos con aire acondicionado y adaptados para personas con discapacidades.
La antigüedad y el estado de los autobuses asuncenos, que actualmente rondan los diez años, sumado al mal estado de muchas de las calles y arterias, hace que el viaje en transporte público no sea un servicio de calidad, donde el usuario bota, se zarandea y sufre por el calor en el interior del vehículo.
Ante ese deficiente servicio, el Viceministerio de Transportes decidió en mayo de 2015 realizar una renovación total de los autobuses existentes.
Desde entonces, las 75 empresas concesionarias de las diferentes líneas han tenido, tienen y tendrán que renovar los 2.500 vehículos, que antes de la nueva normativa rondaban los 15 años de antigüedad.
Les sustituirán nuevos colectivos con aire acondicionado y adaptados a las personas con discapacidad.
Desde el Gobierno se fomentó esa renovación con un incentivo para las empresas concesionarias, de 30.000 dólares por vehículo, que en la actualidad se traduce en 356 nuevos colectivos, bajo la obligación de renovar el 10% de la flota de la compañía de forma anual.
“El que no renueva se va”, sentenció Encina.