La torre forma parte de un proyecto urbanístico en el que la empresa nipona remodelará un área de 3,1 hectáreas (31.000 metros cuadrados) cercana a la céntrica estación de Tokio, en la que construirá otros tres edificios de menor dimensión.
El nuevo rascacielos, que podría inaugurarse en 2028, desbancaría al actual edificio más alto del país asiático, el Abeno Harukas, de 300 metros de altura, construido en la ciudad de Osaka, al oeste de Japón.
Con 390 metros, el edificio tokiota igualaría la altura del CITIC Plaza de la ciudad china de Cantón, compitiendo por el puesto 23 entre los rascacielos más altos del mundo, y sería dos metros más bajo que el 23 Marina de Dubái (Emiratos Árabes Unidos).
En su interior albergará comercios y oficinas, en un intento para “fortalecer el potencial económico de la zona”, donde se concentran importantes instituciones financieras como el Banco de Japón, explicó a Efe un portavoz de la compañía.
Mitsubishi Estate estima en 1,1 billones de yenes (8.087 millones de euros/9.111 millones de dólares) el coste del proyecto, en el que se incluye la creación de una plaza de 7.000 metros cuadrados para albergar grandes eventos.
