Por un lado parece que lo primero es verdad. “¡Vamos cada día peor”.
Con el sueldo mínimo no llegamos ya a fin de mes. Perdemos el trabajo porque lo dan a un operador político. Si caemos enfermos no hay medicinas (a pesar de pagar el IPS y también el IVA). “He tenido tres asaltos a casa en quince días. La Policía no actúa. Me dicen que la deuda del Paraguay son 6.000 millones de dólares. Para pagarla el presidente quiere vender todo lo que aún no ha vendido.
Para los campesinos no hay tierra. Ahora pone a subasta disimulada el IPS, ANDE, Essap, el aeropuerto, las rutas.
Sería capaz de poner en venta hasta la parte paraguaya de las dos binacionales de la electricidad. (Es mejor que no se entere de esto porque lo llevaría a cabo).
En el Parlamento las leyes para ser aprobadas o rechazadas tienen precio. Curiosamente es el presidente el que más invierte en esto. También la Justicia se compra y vende. A inocentes como los campesinos de Curuguaty, se condena a 18, 20 y 30 años. A uno le dieron cinco años más por si cuando estuviera libre pudiera cometer alguna fechoría.
Por otro lado, nada menos que el ministro del Interior afirma públicamente que el Paraguay necesita otros diez años más de este presidente. Porque el país avanza como nunca.
Existe un grupo de sojeros, ganaderos, multinacionales, narcos y bancos, que tienen enormes ganancias. No importa que sean pocos. Pero ganan como nunca. Además tienen sus puertos privados. Y el Gobierno aumenta la red de rutas para hacerles más rápidas sus exportaciones. Estas, por supuesto, no pagan impuestos. Por supuesto que los EEUU está contento con esta política.
¿Cómo estamos? ¿Ofrecemos el corazón para mejorarlo?