Los integrantes de la promoción 88, quienes ya sirvieron a un Papa hace 26 años, con la visita de Juan Pablo al país, se reunieron ayer en el Seminario Metropolitano de Asunción, donde estuvieron acompañados de sus familias, quienes también se anotaron como servidores.
En el sitio, Acosta charló con nuestro diario para contar su primera experiencia como servidor. Además, opinó sobre sus expectativas con lo que será el “contacto” con dos papas en Paraguay, esta vez con una extensa lista de parientes, entre ellos su esposa, hijas y algunas sobrinas.
“Desde un principio me anoté para servir de nuevo, y cuando escuché que hubo una confusión por la poca cantidad de servidores, hice campaña con mis hijas y toda mi familia en Barrio Obrero”, comentó Freddy, quien tenía 25 años en 1988.
Contó que en ese entonces era soltero y lo único que estaba definido en su vida era la profesión que abraza hasta la fecha: La fotografía.
Apostolado y amor. El padre de familia dijo que dos buenas experiencias salieron de la venida del Santo Padre a finales de los ochenta. Por un lado, iniciaron en Barrio Obrero un apostolado para visitar a los enfermos, lecturas bíblicas y el servicio en la pastoral de la Iglesia local. Por el otro, afianzó su amor con Inocencia Cardozo, quien también fue servidora en el 88 y participó del apostolado, que tuvo una duración de cinco años después de Juan Pablo II en Paraguay.
Reunión. El coordinador de la promoción 88, Eduardo Giménez, comentó que desde hoy cada equipo se reunirá de forma independiente según las áreas de servicio, que incluyen desde sanidad, recepción, alojamiento, liturgia, hasta sanitarios.
Las informaciones se lanzarán no solo de manera presencial, sino también a través del WhatsApp, Facebook y otros tipos de mensajería.
Ayer estuvieron 140 veteranos reunidos.