La tierra es sumamente importante por ser uno de los tres elementos necesarios en la casa común de la hermana naturaleza, juntamente con el agua y el aire.
Y en el Paraguay la tierra es desde tiempos ancestrales la fuente de vida y de poder.
Por eso la historia de esta tierra que poseemos es esencial para nosotros. Más aún, en ella reside, en su posesión y uso, una de las mayores fuerzas para el nuevo Paraguay que siempre soñamos.
Tierra de la colonia paulatinamente arrebatada a los indígenas. Tierra en manos del estado con Gaspar Rodríguez de Francia y los López, fuente de riqueza que contribuyó a que marcháramos entonces en la vanguardia de los países de América del Sur.
Pero tierra mal vendida con la derrota por la Triple Alianza y que quedó en posesión de las grandes compañías extranjeras que la esquilmaron y abandonaron luego cuando pensaron que ya no le sacaban más provecho.
Este va a ser el tema de hoy con Inés Franquestelli.
Historia de la tierra en manos de indígenas y campesinos que al venderse los vendieron como parte de ella a los extranjeros.
Una historia de la tierra que cada vez se concentra más en grandes latifundios y que cada vez deja más fuera de ella a indígenas y campesinos.
Todo esto es muy grave en palabras de Luis Rojas en su libro La metamorfosis del Paraguay: “La lucha por la tierra está más vigente que nunca en el Paraguay, dado que este factor estratégico para la vida es demandado tanto por la población indígena y campesina como por los especuladores inmobiliarios, los productores mecanizados, los ganaderos…”.