Tomando como referencia datos que tiene la ONUDC acerca del país, el Washington Post señala como atractivos para las bandas de narcotraficantes la permeabilidad de las fronteras del Paraguay y su posición central en el continente, entre otros factores.
De acuerdo a datos proveídos por la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad), según el periódico, menos del uno por ciento de la población de Paraguay consume marihuana, lo cual significa que casi toda la marihuana cultivada en el territorio nacional ingresa al mercado negro internacional. “Funcionarios dijeron que alrededor del 20 por ciento de la marihuana de Paraguay es enviada hacia el sur, a Uruguay, Argentina y Chile -el suministro principal de cada país de la droga- o hacia el oeste, a Bolivia. El otro 80 por ciento cruza la frontera con Brasil, donde es comprado por varias pandillas y distribuido por todo el país”, escribe Max Radwin, enviado especial del periódico que hizo el reportaje desde Curuguaty, Departamento de Canuindeyú y publicado el jueves pasado.
RAFAAT. En otra parte de la nota, el enviado especial menciona el atentado contra la vida del comerciante y capo de la frontera Jorge Rafaat Toumani, ocurrido en junio del año pasado en Pedro Juan Caballero; la guerra de las bandas de narcotraficantes por el control del negocio ilícito en la región, especialmente el Primer Comando Capital (PCC) y el Comando Vermelho (CV), ambos del Brasil; el tráfico de cocaína boliviana en pequeñas avionetas para el mercado brasileño. “Es una vía vital para Brasil, un líder mundial en el consumo de cocaína, de acuerdo con la ONUDC, y un importante punto de entrada al mercado europeo”, refiere al respecto.
El ministro de la Senad, coronel Hugo Vera Quintana, dijo al Washington Post -escribe el periodista- que la cocaína boliviana llega en su mayoría a Paraguay a través de pequeños aviones privados, luego viaja a Brasil por tierra. Aunque gran parte de ese movimiento está controlado por Primer Comando Capital (PCC), dijo, grupos más pequeños ahora están invirtiendo en el comercio de marihuana con planes de transición a la cocaína más adelante, “lo que significa que la actividad de tráfico podría aumentar”.