I’m back (Volví), fue la frase con que Schwarzenegger presentó en Berlín su Terminator Genisys, un alarde de efectos especiales en 3D dirigido por Alan Taylor, con Emilia Clarke (Game of Thrones) como Sarah Connor y que llega a las salas comerciales de medio mundo.
Con 67 años, de regreso a lo suyo tras ser “gobernator” en California y consciente de su carisma, incluso cuando ejercía de máquina exterminadora, a Schwarzenegger le quedaba la asignatura pendiente de darle la vuelta a su cíborg.
La quinta entrega de la mítica saga se estrena mañana en Paraguay, mientras que las salas de cines Itaú Hiperseis, Del Sol y Multiplaza, además de Real Cines y Cinemax3D, ofrecen funciones de preestreno para hoy.
CÍBORG CONVERTIDO. Para demostrar que no es un remake, al T-5000 que fue Schwarzenegger se le reprogramó para convertirlo en ángel guardián de Sarah Connor a la que en el pasado quiso destruir. El nuevo capítulo se enfoca en la guerra que libran los humanos y las máquinas controladas por el sistema de inteligencia artificial Skynet.
Según las primeras reseñas, Terminator Génesis traiciona en parte las reglas del juego del cine de acción, con largos diálogos para explicar relaciones materno-filiales dislocadas entre saltos del tiempo, que en realidad poco importan porque el espectador va en busca de los efectos especiales o Schwarzenegger, sin más.
Aún así, el máximo exponente del cíborg cumplió con su célebre “Hasta la vista, baby” y, además, mostró sin disimulos lo que siempre se adivinó: que bajo todo, Terminator late algo humano. EFE