“Nuestras tropas siguen despejando barrios, como el de Al Samah, Karkukli, Al Malayeen y Shaqaq al Jadra”, explicó Abdelghani al Asadi, el teniente general del Comando Antiterrorista Iraquí (CTS), grupo de élite del ejército, que encabeza la ofensiva en el frente este de Mosul desde su inicio, hace tres semanas.
En los últimos meses, los combatientes del grupo Estado Islámico (EI) abandonaron algunos de sus bastiones en Irak y Siria sin apenas combatir, pero en Mosul, conquistada hace más de dos años, sus hombres entablaron una lucha violenta para proteger su último feudo en el país.
“La resistencia es muy intensa y sufrieron grandes bajas”, dijo Asadi sobre el EI.
Soldados de la 9ª división armada se enfrentaron a yihadistas en el barrio de Intisar, en el sureste de la ciudad, donde el ejército intenta aumentar su presencia.
La ofensiva sobre Mosul permitió que varios civiles abandonaran la ciudad, aunque más de un millón siguen atrapados en su interior.
El sábado, algunos de los primeros habitantes que lograron escapar llegaron a un campamento cercano a Jazir, en el territorio controlado por los kurdos iraquíes.
Abu Sara esquivó disparos, bombas, fuego de artillería y los bombardeos de la coalición liderada por Estados Unidos para salir de su barrio de Al Samah, mostrando así sus ansias de abandonar una ciudad que muchos civiles huidos califican de cárcel al aire libre. “Caminamos varios kilómetros, llevando con nosotros solamente la ropa que vestimos y banderas blancas que ondeamos durante todo el trayecto”, contó el hombre de 34 años. afp