Un discurso de más de diez minutos del rapero Kanye West, quien anunció que se presentará a presidente de Estados Unidos en 2020, y las extravagancias de la cantante y maestra de ceremonias Miley Cyrus marcaron la gala de los MTV Video Music Awards (VMA) celebrada en Los Ángeles. Esta premiación coronó como, si bien los VMA demostraron un año más que su trascendencia radica más en el drama que acompaña a sus protagonistas, que en la importancia de unos galardones cuyos ganadores son elegidos por los votos de los fans. Swift se alzó con tres estatuillas, entre ellas la de mejor video musical por Bad Blood –la más relevante de la velada– y se encargó de entregar el premio honorífico Michael Jackson Video Vanguard a Kanye West seis años después de que el cantante arruinara su momento de gloria precisamente en otros MTV VMA. En la gala también se pudo ver a un compungido Justin Bieber, que rompió a llorar tras su actuación. EFE