El otro acontecimiento trascendental fue la presencia, también por vez primera en Paraguay, de Fidel Castro, el Comandante: su visita, inimaginable en otros tiempos, acabó de confirmar a los paraguayos que sí, que los tiempos han cambiado.
El cariño y la admiración demostrados a Fidel y al pueblo de Cuba constituyen para la Isla un regalo invaluable de este pueblo “noble, patriota y generoso”, y una señal inequívoca de que hay aires de cambio en Paraguay, como en el resto de Latinoamérica, dijo Castro.
Durante su estancia de 4 días en Paraguay, se reunió con las nuevas autoridades, depositó una ofrenda floral en el Panteón Nacional de los Héroes en Asunción, y dialogó con 30 diputados y senadores de todos los partidos políticos de Paraguay.
El líder de la Revolución cubana también visitó en su domicilio al afamado escritor Augusto Roa Bastos, con quien conversó sobre su labor literaria y la situación de la cultura y la educación en el país sudamericano. Castro también intervino, por poco más de 4 horas, en un acto de solidaridad con Cuba. En sus palabras en el Polideportivo del Consejo Nacional del Deporte, Castro anunció que duplicó el número de becas para Paraguay en la Escuela Latinoamericana de Medicina.