El 26 de agosto pasado, el presidente Horacio Cartes promulgaba el Decreto 2.130 que establecía la creación de aportes no reembolsables por un total de USD 15 millones, para la compra de 500 colectivos nuevos, poniendo como fecha límite para la utilización de esos bonos al 31 de octubre.
A casi 2 meses de la vigencia de esa normativa y 10 días de su vencimiento, apenas 1 de las 62 líneas de transporte del área metropolitana han solicitado la ayuda del Tesoro para cambiar sus buses chatarra por unidades climatizadas, habiendo fondos para la renovación de 500 colectivos. Se trata de la 18-2, que pidió los bonos para adquirir 10 micros.
Desde el Gobierno informaron que de manera informal, más compañías aseguraron que harán uso de los aportes, sin embargo, hasta ayer, ninguna acercó sus documentos. Para hacer el requerimiento, es necesario no ser moroso del Banco Nacional de Fomento, estar al día en IPS y entregar un ómnibus viejo –pero con ITV al día– para ser chatarrizado (ver info).
El principal inconveniente es la obligatoriedad de que cada unidad adquirida con los bonos debe contar con aire y rampa para discapacitados.
Para el viceministro de Transporte, Agustín Encina, de permanecer esta situación hasta finalizar la fecha límite, demostrará una vez más la falta de compromiso de los transportistas para mejorar el servicio al pasajero.
“No me quiero adelantar, porque puede ser que al final se terminen metiendo más pedidos. Pero hasta el momento, la imagen que se da es que no se quiere mejorar. Esperemos que en estos días cambie el panorama”, expresó.
Ratificó que las compañías que no renueven el 20% de su flota con buses climatizados antes del 1 de enero del 2016, serán canceladas. “El presidente (Cartes) así lo dispuso y nos ratificamos en ese punto. El que no cumple, sale del sistema”, afirmó Encina.
Rechazo. Desde el Centro de Empresarios del Transporte del Área Metropolitana (Cetrapam), se ratificaron en que ninguna empresa asociada hará uso del aporte para comprar buses con aire. Remarcaron en la falta de garantías económicas, ya que no hay estudio sobre la cantidad de pasajeros que migrarían del sistema convencional al climatizado.
“Ellos dicen que el pasaje va a costar G. 3.400. Y cómo vamos a saber si el pasajero va a querer pagar G. 1.000 más, con nuestra economía actual”, refirió el titular de Cetrapam, César Ruiz Díaz.
Señaló que el Gobierno debería fijar un subsidio para evitar la merma en la demanda. “Y si la idea es cancelar a las líneas que no tengan buses con aire, todas las empresas vamos a ser canceladas. Pero el perjudicado va a ser el usuario”, apuntó.
Desde la Única Central de Empresarios del Transporte del Área Metropolitana (Ucetrama), afirmaron que si harán uso de los bonos, pero solo esperan los precios de las rampas y los equipos con aire, para presentar al Viceministerio.