La investigación, de la que informa hoy el diario Haaretz, analiza cuatro casos ocurridos en varios puntos de Cisjordania y llega a la conclusión de que los soldados abrieron fuego sin que sus vidas estuvieran en peligro, como exige la regulación militar.
El informe, realizado por la Policía Militar, concluye, por ejemplo, que los soldados que mataron el pasado jueves al adolescente palestino Khaled Bahar abrieron fuego sin que sus vidas estuviesen realmente en peligro, como argumentaron durante la investigación.
Bahar recibió dos disparos cuando lanzaba piedras a vehículos israelíes en una carretera próxima a su localidad natal, Bet Umar, en el distrito de Hebrón.
Según las declaraciones de los involucrados, éstos aplicaron el protocolo de arresto para estos casos y dispararon cuando sintieron que sus vidas corrían peligro, aunque, según la investigación interna, los palestinos estaban escapando ya del lugar, y se encontraban de espaldas, cuando el comandante de la patrulla abrió fuego.
En otro incidente, la semana pasada, una mujer palestina murió en un suceso en el cruce de la colonia de Tapuah después de sacar un cuchillo frente a un policía de fronteras, con la presunta intención de atacarle.
La mujer, Raheeq al-Birawi, fue herida en las piernas por uno de los agentes, pero poco después otros cuatro volvieron a disparar contra ella.
Según la investigación, los agentes hicieron más de 30 disparos en dirección a la mujer, aunque el medio no precisa cuántas balas impactaron en su cuerpo.
En otro caso, el informe advierte de que los soldados ni siquiera se dieron cuenta de haber herido a dos palestinos en una protesta en el norte de Cisjordania, durante la cual abrieron fuego real y emplearon equipos antidisturbios contra medio centenar de palestinos que quemaban neumáticos y les arrojaban piedras.
No obstante, los investigadores sí justifican en este caso que disparasen en el contexto de la protesta.
El informe refrenda las reiteradas denuncias de funcionarios palestinos y ONG de derechos humanos de que las fuerzas de seguridad israelíes se exceden en muchos casos en el uso de la fuerza en el marco de la ola de violencia que sacude la región desde octubre de 2015.
Al menos 236 palestinos y un jordano han muerto desde entonces, más de dos tercios de ellos en ataques o presuntos ataques que han dejado 38 israelíes muertos, dos estadounidenses, un emigrante eritreo y un viandante palestino.