Comencemos diciendo que nuestra cultura de pagar impuestos es baja. Es otra herencia del stronismo en el que el contrabando impune de impuestos era uno de los modos que tenía el dictador de tener a su favor a los que necesitaba para ser presidente. Entonces los que pagaban los impuestos siempre eran los mismos: los oponentes al sistema de Stroessner.
Por eso no nos extrañemos de que ahora los que pagan menos impuestos sean los mayores beneficiados por el real crecimiento económico del Paraguay y aquellos que pagan más impuestos, comparativamente a sus entradas, sea con el IVA la clase empobrecida del Paraguay.
Intentando poner un poco de racionalidad a todo esto y para mejorar lo que paga el agronegocio en impuestos, el Congreso quiso dar una ley aumentando los impuestos a la exportación. Pero los exportadores decidieron compensarlo, disminuyendo lo mismo a las ganancias pagadas a los productores.
Estos se sintieron dañados en sus intereses y convocaron al tractorazo. No es fácil, decíamos, lograr lo que queremos en este tema.
Lo que sí es cierto son dos cosas. Primera, tenemos un Estado débil en recaudación, que carece de voluntad y de medios necesarios para saber, inclusive, el tamaño de cada empresa productiva sojera.
Segunda, y esta es una de las causas de que haya una gran evasión en pagar impuestos, que son bajos para las ganancias que da la soja.
Los productores sojeros amenazaron con el tractorazo y lo llevaron a cabo. ¿Asociación ilícita para…?