EN ESTA SECCIÓN PUBLICAREMOS ENTREVISTAS BREVES A MÚSICOS Y ARTISTAS EN GENERAL, QUIENES TRABAJAN EN ESTE CAMPO DE HACE AÑOS, Y LE DEDICAN GRAN PARTE DE SU TIEMPO. Hoy hablamos con Óscar Cabrera.
Pianista, arreglador y compositor de larga data, Óscar Cabrera nos habla aquí de los diversos matices que hacen de la vida de los músicos algo tan peculiar, divertida y rica en anécdotas, como también sometida a vaivenes y momentos azarosos.
“Nací en Concepción, en 1944, en una carreta tirada por bueyes que mugían en sol, en tanto que hacía un frío ruso”, cuenta Óscar, dando muestras de una memoria asombrosa.
-¿Sos músico de nacimiento o fuiste haciéndote?
-Creo que nací músico. Una tía muy querida, María Mercedes Cabrera Carduz, profesora superior de piano, me enseñó todo lo que podía aprender en aquella época. Luego, en los Estados Unidos, donde cursé toda la secundaria, y estudié Música en la North Texas State University, redondeé un conocimiento musical respetable. Actualmente hay chicos que vuelan con la formación académica que tienen.
-¿Se puede decir que vivís de la música?
-Bueno, de la música y sus conexiones. Toco piano cuatro días a la semana en el restaurante Yacyretá, del Hotel Guaraní. Hago arreglos para músicos apurados, compongo jingles comerciales que grabo en mi propio estudio, y dirijo un grupo musical muy ecléctico y divertido llamado Stratta, con mucho de aquel anterior, Grupo Salsa. Mirtha Graciela es nuevamente mi cantante.
-Buenísima, Mirtha. Es una de las más dúctiles del medio, ¿no?
-Mirá, le das tres notas y te canta la Guía Telefónica. Es justo mencionar también a Julio López, un percusionista uruguayo, con alma caribeña. La verdad, Stratta es más bien un recreo para mí.
-A tu vuelta de los Estados Unidos, ¿te costó ingresar al circuito?
-Sin problema alguno. En un festival de jazz, en el CCPA, toqué nada menos que con Nene Barreto, el baterista por antonomasia, y César Burián, “el” bajista de la época. Un poco después, dirigí o integré varios grupos musicales (orquestas, los llamaba la gente), Los Shakes, Grupo Musical Moderno, y luego, Los Hobbies, quienes accedieron a tocar fuera del Club Alemán, al cabo de mucho ruego y un poco de magia. También toqué con el Equipo ’87.
-¿Grabaste un disco propio?
-Eso lleva mucha guita. Y el mercado es pequeño. Lo que sí estoy haciendo es preparar una nueva grabación con los Big Boys Serenaders. Ensayamos bastante fuerte.
-¿Algo de tu vida personal?
-Estoy casado por tercera vez. Mi esposa actual (y espero que definitiva) se llama Eva Ramírez. Tenemos seis hijos en total.
-¿Una recomendación para los jóvenes que quieren ser músicos?
-Que estudien, que practiquen, que escuchen todo lo nuevo que viene sin pausa de afuera. Si te dedicás, se puede vivir de la música. Y te diría que hasta se puede vivir muy bien.