24 abr. 2024

“Sí o sí hace falta acuerdo político para nombrar a ministro de la Corte”

El constitucionalista sostiene que no hay solución jurídica a la hipótesis de que el presidente Cartes rechace la designación de un miembro del máximo tribunal del país. El problema tiene su origen en la misma Carta Magna, manifestó.

Crisis permanente.  El constitucionalista Juan Carlos Mendonca analiza el impasse entre el Senado y el Poder Ejecutivo.

Crisis permanente. El constitucionalista Juan Carlos Mendonca analiza el impasse entre el Senado y el Poder Ejecutivo.

Por Adolfino Aquino

aaquino@uhora.com.py

La Constitución paraguaya establece que el Senado debe designar a un ministro de la Corte Suprema de Justicia con acuerdo del Poder Ejecutivo. ¿Qué puede pasar si no hay acuerdo? El constitucionalista Juan Carlos Mendonca (h) sostiene que jurídicamente no hay solución. Aquí expone sus razones.

–Se abrió el debate sobre lo que puede pasar si el presidente Cartes no presta su acuerdo al nombramiento de un ministro de la Corte. ¿Qué opina usted?

–Mi opinión es que allí hay un problema que tiene su origen en el sistema que la misma Constitución previó.

–¿Cuál es?

–La Constitución trató de que haya un equilibrio total en el proceso de designación. En consecuencia, cuando no hay acuerdo, lo único que provoca es la imposibilidad de avanzar en el proceso.

–¿La terna tiene que ser vinculante?

–Sí, la terna tiene que ser vinculante y ese es el problema.

–¿Por qué?

–Explico. Al sostenerse que la terna es vinculante no hay manera de devolver la terna. Justamente por eso la intervención del Consejo de la Magistratura es muy relevante. La terna es vinculante y es lo que provoca después en la instancia siguiente el empate, entre los dos órganos a los cuales corresponde tomar la decisión: Senado y Ejecutivo.

–¿Si no hay acuerdo, muere o no muere la terna?

–Yo creo que si la terna es vinculante, no muere. Sin embargo, en la práctica se produce el impasse. No hay solución.

–¿Ni una salida?

–Cualquier salida que se dé, será objetable: si se devuelve la terna, se destruye su carácter vinculante. Si se dice que el Senado tiene la última palabra, porque este órgano es el que designa, según lo que establece la Constitución, o si se dice que no hay designación sin el acuerdo del Poder Ejecutivo porque la última palabra tiene este poder del Estado, también según la Constitución, ninguna será la solución correcta.

–¿La Carta Magna no tuvo en cuenta el estado de incertidumbre en el sistema?

–No. Tendrán que ponerse de acuerdo políticamente o si no habrá problema.

–¿Conflicto de poderes?

–Un problema muy grave de conflicto de poderes. El Senado dirá que el Ejecutivo no le permite designar. El Ejecutivo dirá que, si el Senado decide, mi acuerdo no servirá para nada. Hay problema de origen.

–¿Constitucional?

–Sí. Es un problema que está en el diseño mismo de la Constitución. En mi opinión, mal construido, porque previó tanto equilibrio que al final nadie puede tomar la decisión en ciertos casos, como el que nos ocupa.

–En el caso de Lovera Cañete. El Poder Ejecutivo no dio su acuerdo. ¿Fue una decisión política?

–La decisión siempre es política. El problema se acentúa cuando es partidaria. Se partidiza. Cuando en los Estados Unidos se discute si tal o cual candidato es bueno o malo, se indaga hasta si la persona paga el seguro social de su empleada doméstica o se averigua cuáles son las decisiones anteriores que tomó en ciertos casos. Siempre hay condimento político. Lo que pasa es que nosotros, al estilo paraguayo, no vemos el condimento político, sino partidario.

–Hay un problema de lucha partidaria, entonces.

–Sí. Inclusive, una lucha intrapartidaria está pasando.

–¿El internismo influyó?

–Exactamente. Se está transfiriendo el internismo de un partido político a la designación del ministro de Corte.

–Los políticos dicen que los tres candidatos son excelentes...

–Entonces, uno no se explica cómo es posible que tengan problema para nombrar a uno de ellos. Yo entendería que tienen problemas para elegir si es que los tres son malos o hay uno bueno y dos malos; pero si todos los actores dicen que los tres son excelentes, no se explica cómo no pueden ponerse de acuerdo para elegir uno.

–¿Qué le hace pensar esa situación?

–Me hace pensar que está incidiendo un elemento que no tiene nada que ver con los candidatos. Es otra cosa lo que está obstaculizando el nombramiento.

–En el caso de Lovera Cañete, el Poder Ejecutivo no prestó su acuerdo hasta que un día llegó otra terna de donde salieron las designaciones.

–Significa que se consideró que la terna no es vinculante. No me parece correcto, porque entonces, el Senado pudo haber devuelto la terna hasta que vengan los candidatos que quiere.

–No devolvió, pero al final, se fue la otra terna de donde salieron dos.

–Para mí no es lo correcto. El Consejo de la Magistratura selecciona a los candidatos y envía la terna de donde debe ser designado un ministro. Si no es muy fácil. Los políticos rechazan la terna hasta que vengan los candidatos que ellos quieren. Por eso, yo sostengo que no es admisible que la terna no sea vinculante. La terna es vinculante.

–¿Qué opina de la teoría de que si el presidente no da su acuerdo, el Senado tiene que enviar otro nombre?

–En ese mecanismo, el presidente va a esperar hasta que venga el tercer nombre que le guste y el Poder Ejecutivo es el que va a terminar designando y el Senado va a decir que le resta su facultad de designar.

–¿No hay ninguna ley que diga que el Senado debe enviar un segundo nombre?

–No. Esto tiene rango constitucional. Es un problema de origen y es irresoluble. Se ponen de acuerdo políticamente para designar uno o se afectará siempre la facultad de un órgano. La única salida es el acuerdo político o si no se va a producir un lamentable conflicto de poderes.

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