El sábado, la joven María Paz Paredes (21) denunció que tuvo mareos y sensación de pánico luego de que le pasaran una tarjeta en una estación de servicio que está situada entre las avenidas Rodríguez de Francia y Próceres de Mayo, de Asunción, mientras cargaba combustible.
“Remitimos a laboratorio forense para ver si tiene alguna sustancia o no”, explicó el agente del Ministerio Público, quien agregó que de dicha prueba saldrán las otras diligencias a seguir.
Morínigo también reveló que ayer escucharon la versión de Federico Morel, el hombre que trabaja como playero y que hizo de intermediario para entregar la tarjeta a la joven universitaria.
El trabajador comentó que un hombre de unos 24 años fue el que le dio el pedazo de cartón para que se lo entregara a la joven, aparentemente, como un galanteo de su parte.
El playero identificó al que le pidió el favor, porque es un cliente habitual del lugar.
“Los dos tocaron el material y no les pasó nada. Aparentemente entró en pánico. Pudo haber sido eso, pero no descartamos ninguna hipótesis, aunque todo apunta a que pudo ser otra cosa”, añadió el fiscal.
no declaró. María Paz aún no puede declarar ante la Fiscalía, porque todavía se encuentra muy asustada, según explicó su padre a los investigadores.
El domingo, cuando empezaban a salir a luz las primeras versiones, se había especulado incluso que la tarjeta que pasaron a la joven podría estar impregnada con una sustancia conocida como burundanga, que anula algunas funciones del cerebro y ya fue utilizada en otros países con fines delictivos.
El hombre que habría enviado su tarjeta sería Ali al Ghazzawi, de origen árabe. Según comentaron los investigadores, ya se puso a disposición de la Fiscalía para aclarar el hecho a través de su abogado.