Correa puntualizó que la situación de Río de Janeiro “no es tan grave” como la de São Paulo, donde el Gobierno local ya está aplicando un racionamiento de agua debido a los niveles mínimos de reservas en varios embalses.
El embalse de Cantareira, que abastece 6,5 millones de personas en la región metropolitana de la ciudad de São Paulo, podría secarse completamente el próximo marzo si continúa la sequía, según las autoridades.
El gobernador de Río de Janeiro, Luiz Fernando Pezão, descartó que las restricciones del suministro de agua lleguen a la población de Río, aunque pidió la colaboración de los habitantes de la región para que ahorren agua.
El miércoles las autoridades decidieron desconectar una central hidroeléctrica en el río Paraibuna, en Río de Janeiro, debido a que el agua está por debajo del nivel mínimo necesario, según informó el jueves el Operador Nacional del Sistema Eléctrico (ONS).
Minas Gerais, otro de los estados más poblados del país y también en la región sureste, pasa por una crisis hídrica similar, la más severa en cien años y en el principal embalse que abastece la ciudad de Belo Horizonte, su capital, no llueve desde hace más de un mes.
en são paulo. Lo que parecía una amenaza se concretó en pleno verano: el agua comenzó a faltar en el centro de la rica São Paulo, golpeada por una sequía que también arriesga el suministro energético de Brasil. A Tiago Guimaraes le avisaron sus vecinos que el edificio donde vive, en la céntrica plaza de la República, estaba sin una gota de agua. Alcanzó a tomar una ducha en el gimnasio. “El martes fue la primera vez que faltó agua. El miércoles tampoco tuvimos, después volvió. Supongo que así será a partir de ahora”, comentó este arquitecto de 34 años. AFP-EFE